
El sistema financiero colombiano ha mostrado resiliencia en un entorno global adverso, caracterizado por tensiones geopolíticas, políticas comerciales restrictivas y un deterioro del panorama fiscal local, con un déficit creciente que ha afectado la percepción de riesgo soberano.
La cartera de crédito continúa recuperándose gradualmente, con tasas de crecimiento real anual positivas en comercial (0,9%), vivienda (4,3%) y microcrédito (2,1%), mientras que consumo aún presenta una caída de -5,6%.
La recuperación de la cartera comercial ha sido moderada, favorecida por el aumento de la inversión, pero limitada por un crecimiento económico desigual entre sectores.

Bogotá, junio de 2025. News Press Service. Durante el primer semestre de 2025, el sistema financiero colombiano operó en un entorno caracterizado por una elevada incertidumbre global, derivada principalmente del resurgimiento de políticas comerciales proteccionistas, mayores tensiones geopolíticas y señales de desaceleración en la economía mundial.
Estos factores incrementaron la volatilidad en los mercados financieros internacionales y elevaron la aversión al riesgo de los inversionistas, afectando de forma transversal a las economías emergentes, incluida Colombia.
A nivel local, aunque la actividad económica continuó su proceso de recuperación y la inflación siguió una senda descendente, cerrando mayo en 5,05%, persisten desafíos importantes en el frente fiscal y riesgos latentes sobre la estabilidad macroeconómica.
El déficit fiscal del Gobierno nacional se ha ampliado significativamente, y ascendería a 7,1% del PIB en 2025 según el Marco Fiscal de Mediano Plazo.

Esto ha llevado a un deterioro en la percepción de riesgo soberano y a que las tres principales calificadoras de riesgo mantengan una perspectiva negativa sobre la calificación soberana de Colombia.
En este contexto, los establecimientos de crédito continúan mostrando resiliencia, destacándose una recuperación de la cartera bruta para abril de 2025, principal componente de los activos con una participación del 62%.
Ésta ha venido moderando su contracción en términos reales, pasando de una caída del 5,8% anual en abril de 2024 a -0,5% en abril de 2025.
Este resultado obedece a la mejora observada en todas las modalidades de crédito, con tasas de crecimiento positivas en comercial (0,9%), vivienda (4,3%) y microcrédito (2,1%).
Por su parte, la cartera de consumo, que representa el 28% del total, sigue mostrando variaciones reales negativas, aunque con una recuperación importante desde su punto más bajo registrado en junio de 2024 (-11,1%), alcanzando un -5,6% en abril de 2025.
La recuperación del crédito comercial se ha dado de forma gradual desde finales de 2024 y se explica, en parte, por un repunte en la inversión, que creció 8,2% anual, aunque limitada por la marcada heterogeneidad sectorial en el crecimiento económico.
Mientras sectores como el agropecuario, el comercio y la administración pública registraron incrementos importantes (7,1%, 3,9% y 3,5%, respectivamente), otros como minería, construcción y servicios públicos presentaron caídas anuales de -5%, -3,5% y -1,2%.

Esta disparidad sectorial ha repercutido directamente en la evolución del crédito empresarial y en los niveles de riesgo asociados a esta modalidad.
En suma, los establecimientos de crédito han mostrado una importante capacidad de adaptación frente a un entorno macroeconómico y financiero global complejo.
Sin embargo, las vulnerabilidades persisten. La mayor exposición al riesgo de mercado por el incremento en las inversiones en TES, el deterioro aún elevado en algunas carteras y los desafíos fiscales y comerciales a nivel interno y externo plantean riesgos que exigen un seguimiento constante.
La sostenibilidad de la recuperación dependerá en buena medida de la evolución de estos factores.
En ese sentido, las autoridades que constituyen la Red de Seguridad Financiera Colombiana continuarán fortaleciendo los mecanismos de monitoreo y regulación prudencial, con el objetivo de preservar la estabilidad del sistema financiero como un pilar fundamental para el crecimiento económico sostenido del país.