
Bogotá, noviembre de 2025. News Press Service. La cuenta regresiva para la definición del Salario Mínimo Legal Vigente (SMLV) para 2026 en Colombia ha comenzado, y la cifra base revelada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) ha inyectado un elemento de tensión y sorpresa en la mesa de concertación.
El panorama económico se ha tensado con una cifra de inflación anual que, si bien se mantiene en un dígito, sorprendió a los analistas al ubicarse en 5,51 % a octubre de 2025.
Este leve aumento respecto al 5,41 % del año anterior se atribuye principalmente a presiones inflacionarias en sectores clave como el turismo, el alojamiento, la energía y los alimentos, impulsadas por el tradicional incremento del consumo durante la temporada de receso escolar.
La cifra Mínima: $1.501.407
El dato del 5,51 % es la referencia fundamental, ya que el Gobierno Nacional ha insistido en que el aumento del salario mínimo no será inferior al Índice de Precios al Consumidor (IPC), asegurando que los trabajadores no pierdan capacidad adquisitiva.

Tomando como base el salario mínimo actual de $1.423.000 (cifra de 2025 usada para la proyección), el incremento mínimo obligatorio, solo por concepto de inflación, lo situaría en $1.501.407 para 2026, sin incluir el auxilio de transporte. Esta cifra constituye el piso de la discusión y subraya el compromiso del Ejecutivo de proteger el poder de compra de los hogares colombianos.
La sorpresa y la ambición de un salario histórico
La discusión, sin embargo, se ha elevado más allá de la simple indexación por inflación. Desde el Gobierno, liderado por el presidente Gustavo Petro, se ha promovido la política de garantizar incrementos reales del salario mínimo, es decir, un aumento que supere la inflación para mejorar sustancialmente la calidad de vida de los trabajadores.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, ha reafirmado esta postura, destacando la intención de evitar que el alza de precios en la canasta familiar y los servicios públicos erosione el ingreso base.
En medio de este ambiente, una declaración del ministro del Interior, Armando Benedetti, inyectó una dosis de sorpresa y debate al sugerir que el incremento podría rondar el 11 %. De concretarse esta ambiciosa proyección, el salario mínimo se ubicaría cerca de los $1.800.000, una cifra que ha generado entusiasmo en los sindicatos, pero que ha encendido las alarmas en el sector empresarial.
El reto de la concertación tripartita
La brecha entre el piso inflacionario del 5,51 % y la ambición gubernamental del 11 % define el escenario de las próximas semanas de negociación.

La decisión final recae en la Mesa de Concertación de Políticas Laborales y Salariales, el espacio tripartita donde el Gobierno, los empresarios y los sindicatos deben llegar a un consenso.
Los Trabajadores presionarán por un aumento cercano o superior al 11 % propuesto por el ministro del Interior, buscando recuperar poder adquisitivo y dar un salto histórico en el ingreso base.
Los Empresarios y Gremios advertirán sobre la necesidad de mantener el equilibrio financiero. Su principal preocupación es que un incremento desmedido pueda afectar la sostenibilidad de las empresas, la competitividad del país y la estabilidad del empleo, especialmente en el contexto de una inflación que ya ejerce presión sobre sus costos operativos.
El dato del DANE, con su 5,51 %, fija la línea de partida. El desafío para las partes será alcanzar un acuerdo que, por un lado, responda al mandato de incrementar el ingreso real de los trabajadores, y por el otro, asegure que la economía colombiana mantenga su dinamismo sin afectar negativamente la generación de empleo y la confianza inversionista. La cifra de 2026 será un termómetro de la política económica del país y su impacto social.
