El 5 de agosto los mercados experimentaron una fuerte caída, tanto en Estados Unidos, como en Asia y economías emergentes.
Esto ocurrió en respuesta a los malos resultados del mercado laboral en Estados Unidos y a la subida de tasa de interés del Banco de Japón.
Rápidamente los mercados volvieron a la normalidad, por lo cual la fuerte caída parece haber sido una sobrerreacción.
Bogotá, agosto de 2024. News Press Service. El pasado 5 de agosto los mercados globales experimentaron una fuerte caída. El índice Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq cayeron alrededor de 3%. De manera similar, en Asia el Sensex de India se redujo casi 3% y el índice Nikkei de Japón disminuyó más de 12%.
La situación ocurrió luego de dos hechos importantes en la economía mundial. Por un lado, los resultados del mercado laboral de Estados Unidos no fueron buenos. El mercado esperaba una creación de 175.000 empleos en julio, que ya representaba una disminución de 4.000 empleos frente al dato de junio.
Sin embargo, solo se crearon 114.000, lo que significó una caída importante frente al mes anterior (-65.000). Además, la tasa de desempleo aumentó hasta 4,3% (+0,2pp), la más alta desde octubre de 2021, por cuenta de un aumento de 352.000 personas desempleadas.
A esto se sumaron unos resultados decepcionantes de los beneficios de las empresas tecnológicas de Estados Unidos. Esto creó dudas sobre la fortaleza de la economía estadounidense (y aumentó los temores de una recesión) y sobre la capacidad de la Reserva Federal para bajar la inflación sin afectar demasiado la economía.
Teniendo en cuenta lo anterior, la mayoría de los analistas asigna ahora una mayor probabilidad a que la reducción de tasas de interés por parte de la Fed inicie en septiembre.
Por otro lado, la semana pasada el Consejo de Política del Banco de Japón incrementó su tasa de interés del rango 0%-0,1% a 0,25%. Esta es la segunda subida desde marzo de 2024, luego de casi una década de tasas negativas, y representa el nivel máximo desde 2008.
Japón mantuvo tasas de interés negativas por un largo período con el objetivo de estimular la economía estancada. Sin embargo, los buenos resultados de la actividad económica reciente, que seguiría creciendo a una tasa superior a la potencial, y la confianza en que la inflación se ubicaría alrededor de la meta del 2% anual dieron el impulso para que el banco central subiera las tasas.
Esto desincentivó estrategias de carry trade y generó una depreciación importante del yen. Todo lo anterior se reflejó en el índice de volatilidad VIX. Este alcanzó su nivel más alto desde la pandemia por Covid-19 (65,5), al llegar casi a los 39 puntos.
Sin embargo, diversos analistas consideran que se trató de una sobrerreacción del mercado. Rápidamente estos valores descendieron y el día siguiente los mercados habían vuelto casi a la normalidad.
ANIF