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Banco de la República
En su más reciente informe financiero para 2023, el Banco de la República reportó utilidades históricas de 9,2 billones de pesos, producto principalmente de los rendimientos de las reservas internacionales. Para entender el origen de estos elevados resultados debe considerarse que las reservas internacionales representaron el 78 % del total de los activos del Banco en 2023.
Debe resaltarse también que las variaciones en pesos en el saldo de estas reservas internacionales originadas por movimientos de la tasa de cambio del peso frente a las monedas en que se encuentran invertidas no tienen impacto en el Estado de Resultados (P&G) del Banco.
El P&G del Banco de la República puede descomponerse entre los resultados monetarios, los de banco de emisión, y los corporativos. Los monetarios comprenden, entre otros, los ingresos netos de las actividades monetarias, cambiarias y crediticias, y de administrador de las reservas internacionales.
Los de banco de emisión corresponden a la diferencia entre el valor facial de la moneda puesta en circulación menos los gastos de emisión y puesta en circulación de especies monetarias. Los corporativos se derivan de la gestión administrativa del Banco, e incluyen los ingresos por comisiones y por actividades culturales, y los gastos de personal y funcionamiento, entre otros.
A diferencia de las empresas del sector privado, donde se busca maximizar utilidades, las decisiones de política adoptadas por el Banco tienen como propósito cumplir con los objetivos que la Constitución y la Ley le han asignado.
Como se observa en el Gráfico 1, en 2023 las utilidades se explican por los resultados monetarios, cuyos ingresos netos ascendieron a 9,9 billones de pesos (Panel A). Dentro de estos, el componente principal fue el rendimiento de las reservas internacionales registrado en el P&G por 8,7 billones de pesos (Panel B).
Dada la relevancia de las reservas internacionales en los resultados del Banco, es fundamental entender que su rendimiento está vinculado principalmente con el comportamiento de las tasas de interés externas.
Es importante resaltar que un cambio en dichas tasas impacta la rentabilidad en moneda extranjera de dos maneras: i) afecta la causación de intereses y rendimientos a medida que el portafolio de inversión se renueva mediante la adquisición de títulos que devengan las nuevas tasas de interés (efecto causación), y ii) cambia el valor de mercado de los títulos adquiridos con anterioridad al cambio en las tasas, generando valorizaciones o desvalorizaciones inmediatas de ese portafolio (efecto precio).
Cuando las tasas de interés externas se incrementan, se genera un efecto inmediato en el activo por la desvalorización del portafolio de las reservas internacionales que afecta los resultados del Banco, lo que se contrarresta en el tiempo con la causación de intereses a mayores tasas2.
De esta manera, el ciclo de tasas de interés externas es un elemento fundamental para entender la evolución del rendimiento de las reservas internacionales y, por ende, de las utilidades del Banco.
Como se presenta en el, en 2019 y 2020 este ciclo se caracterizó por una dinámica descendente que llevó las tasas a niveles bajos debido a las acciones de política económica para enfrentar la pandemia.
Las reducciones de las tasas externas implicaron valorizaciones que, junto con los intereses generados, arrojaron altos niveles en las utilidades del Banco.
Las tasas de interés externas permanecieron bajas la mayor parte de 2021, pero se incrementaron desde finales de ese año, y en especial durante 2022, como respuesta a las expectativas del endurecimiento de la política monetaria en la mayoría de las economías avanzadas.
Bajo estas condiciones, el rendimiento de las reservas internacionales fue negativo en ambos años, consecuencia de las desvalorizaciones del portafolio, que no lograron ser contrarrestadas por los intereses causados4.