News Press Service
Por Ricaurte Losada Valderrama
En la columna en la cual me referí a la visita de los miembros del Consejo de Seguridad a Colombia, terminé preguntando sobre lo que está pasando con Naciones Unidas y con este Consejo, el órgano de mayor poder dentro de la organización, e interrogué ¿si ella se mantendrá frente a tantos retos difíciles que afronta la humanidad?
Además, expresé que mientras haya miembros permanentes en dicho Consejo, no se podrán cumplir a cabalidad los objetivos de la organización, conquista que parece casi imposible, pero, además, manifesté que si no hubiera sido así, lo más seguro es que Naciones Unidas no habría nacido.
El Consejo de Seguridad tiene el propósito de mantener la paz y la seguridad internacionales, objetivo que poco cumple y los Estados miembros de la ONU están obligados a acatar sus decisiones, contrario a lo que sucede con las de la Asamblea General que tienen carácter únicamente declarativo.
En los últimos años los Estados miembros están examinando la introducción de cambios en la composición del Consejo y trabajando para que éste refleje las realidades políticas y económicas actuales, sin resultado positivo y donde la adopción de una decisión requiere nueve votos a favor, incluidos los cinco miembros permanentes, pues como en todos los casos, mandan los vencedores y los vetos han dominado el panorama geopolítico de los conflictos, aunque en las últimas décadas ha habido hegemonía de Estados Unidos en la dirección de la ONU.
Entonces, salvo en los casos de votaciones sobre cuestiones de procedimiento, no se puede adoptar una decisión si solo uno de los miembros permanentes la veta o se abstiene.
Cuando el Consejo examina una amenaza a la paz internacional, primero explora las posibilidades de solucionar la controversia por medios pacíficos. Puede recomendar principios para que se llegue a un acuerdo, o iniciar la labor de mediación.
En los casos de beligerancia, el Consejo procura una cesación del fuego. Puede enviar una misión de mantenimiento de la paz para que las partes mantengan la tregua y separar a las fuerzas beligerantes.
Y el Consejo puede adoptar medidas para hacer que sus decisiones se cumplan. Puede también imponer sanciones económicas u ordenar un embargo de armamento. En algunas ocasiones ha autorizado a los Estados miembros a emplear «todos los medios necesarios,» incluidas medidas militares colectivas para hacer que sus decisiones se cumplan.
El Consejo también recomienda a la Asamblea General su candidato para el cargo de Secretario General y propone la admisión de nuevos miembros de las Naciones Unidas.
Pero si la hegemonía de las potencias vencedoras no se suprime y no se reforma la organización integralmente, se están generando las condiciones para una Tercera Guerra Mundial.