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Para comprender mejor qué representan los cobeneficios climáticos para el Banco Mundial, de qué manera se calculan y cómo las mayores aspiraciones ayudan a poner el clima en el centro de la labor que lleva a cabo en favor del desarrollo, conversamos con el equipo del Banco Mundial que se dedica a este tema.
El Grupo Banco Mundial anunció recientemente que, durante los últimos cinco años, proporcionó más de USD 83 000 millones en financiamiento para el clima con el fin de ayudar a los países en desarrollo a invertir en oportunidades de resiliencia y con bajas emisiones de carbono. Este financiamiento fue el resultado de un esfuerzo de cinco años para incorporar activamente las consideraciones climáticas en las inversiones y operaciones del Grupo Banco Mundial, respaldado por un objetivo claro de asegurar que el 28 % del financiamiento total tuviera «cobeneficios climáticos». Como resultado, la proporción de proyectos del Grupo Banco Mundial con cobeneficios climáticos aumentó del 25 % en 2015 al 62 % en 2020. Y el porcentaje del financiamiento del Grupo Banco Mundial con cobeneficios climáticos aumentó del 18 % en 2015 al 29 % en 2020.
En diciembre de 2020, el Grupo Banco Mundial anunció una meta nueva y más ambiciosa en materia de cobeneficios: lograr en los próximos cinco años que el 35 % de su financiamiento (en promedio) se destine a apoyar la acción climática directa de sus países clientes, ayudándolos a abordar el cambio climático y adaptarse a sus crecientes impactos.
Para comprender mejor qué representan estos cobeneficios para el Banco Mundial —el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional de Fomento (AIF)—, de qué manera se calculan y cómo las mayores aspiraciones ayudan a poner el clima en el centro de la labor que lleva a cabo en favor del desarrollo, conversamos con el equipo del Banco Mundial que se dedica a este tema. Su experiencia abarca desde la metodología detrás de los cobeneficios hasta el trabajo directo con equipos para evaluar proyectos y determinar sus cobeneficios climáticos: Sohee Gu, Cody Parker, Francisna Fernando, Alexandrina Platonova-Oquab, Veronique Morin, Apoorva Shenvi, Natalie Weigum, Carolina Monsalve y su gerente de Prácticas, Genevieve Connors.
¿Qué es un cobeneficio climático? ¿Es lo mismo que el financiamiento para el clima?
Los cobeneficios climáticos se refieren al porcentaje de financiamiento destinado a la adaptación al cambio climático y la mitigación de este en las operaciones financiadas por el Banco Mundial. En resumen, los cobeneficios son el financiamiento del Banco Mundial que respalda la acción climática y, al mismo tiempo promueve los objetivos de desarrollo.
Este concepto se conoce más comúnmente como financiamiento para el clima, pero nos referimos a este financiamiento como «cobeneficios climáticos» para distinguirlo del financiamiento para el clima que proviene de fondos como los fondos de inversión en el clima, el Fondo Verde para el Clima y el Fondo de Adaptación.ate finance coming from funds like the Climate Investment Funds, the Green Climate Fund, and the Adaptation Fund.
«Los cobeneficios climáticos como una métrica han sido una manera extremadamente eficaz de unir el clima y el desarrollo. En algunos sectores, esta conexión ya resulta bastante evidente: inversiones en agricultura que también aumentan la resiliencia de las comunidades agrícolas o en transporte que fomentan la movilidad con bajas emisiones de carbono normalmente generan mayores cobeneficios. Pero también estamos realizando un esfuerzo concertado para impulsar cobeneficios en otros grupos de prácticas y utilizando la meta institucional para integrarlos de manera mucho más amplia en todo nuestro trabajo en favor del desarrollo.»
Genevieve Connors
Gerente de Prácticas, Equipo de Asesoría y Operaciones, Grupo de Cambio Climático
¿Cuál es el origen de los cobeneficios climáticos?
El Banco Mundial anunció formalmente la meta de “28 % de cobeneficios para 2020” en el periodo previo a la histórica CP 21 en París. Era una meta clave del primer Plan de Acción sobre el Cambio Climático (i) del Grupo Banco Mundial, adoptado en abril de 2016 para ayudar a los países a lograr sus objetivos nacionales en el marco del Acuerdo de París sobre el cambio climático.
El Grupo Banco Mundial ha monitoreado y presentado informes públicos sobre los cobeneficios climáticos desde 2012. Abordar el cambio climático se ha convertido en uno de los discursos centrales y uno de los pilares normativos de los últimos compromisos institucionales como parte del aumento de capital del BIRF y las reposiciones de recursos pasadas y actuales de la AIF, siendo los cobeneficios la métrica clave del apoyo del Grupo Banco Mundial a los países en sus esfuerzos para combatir el cambio climático. Esto es especialmente importante porque sabemos que el cambio climático afecta a las personas más pobres y vulnerables y representa una gran amenaza para los buenos resultados del desarrollo.
La meta en sí misma sigue evolucionando: en diciembre de 2020, el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, anunció una nueva meta más ambiciosa de 35 % de financiamiento para el clima en los próximos cinco años.
¿Por qué la meta del Banco Mundial para 2021-25 se establece en el 35 % y no en el 100 %?
Nos preguntan mucho sobre esto, pero la metodología actual simplemente no funciona de esa manera:
Primero, en los proyectos que sí generan cobeneficios climáticos, la metodología actual solo captura el porcentaje de financiamiento que se relaciona directamente con la acción climática. Por ejemplo, supongamos que el Banco apoya un proyecto de desarrollo vial. El equipo que dirige el proyecto estudiará la posibilidad de aumentar la resiliencia general de las carreteras, asegurándose, por ejemplo, de que soporten fuertes lluvias o marejadas ciclónicas. Por lo tanto, todo el proyecto vial puede ser completamente “resistente al clima”, pero solo la parte del financiamiento destinada a las medidas de drenaje necesarias se contaría como cobeneficios climáticos.
De manera similar, es probable, por ejemplo, que muchos de nuestros proyectos en el sector de la salud tengan un impacto profundo en la resiliencia climática de una población. Pero el costo de las actividades climáticas que harán que el sistema de salud sea resistente al clima tiende a ser una fracción del costo de la compra de equipo médico, la construcción de hospitales y clínicas, el establecimiento del sistema de salud o, la compra de vacunas contra la COVID-19. En otras palabras, aunque pequeñas cantidades de financiamiento pueden generar impactos climáticos sustanciales, por diseño los cobeneficios climáticos solo medirán esas pequeñas cantidades.
Segundo, no todos los proyectos del Banco Mundial pueden generar cobeneficios. Aunque hemos logrado avances significativos en la integración de las consideraciones climáticas en sectores no asociados tradicionalmente con la acción climática, algunos préstamos para políticas y programas de salud, educación y protección social simplemente no generarán cobeneficios. Como banco de desarrollo multilateral, tenemos que responder ante todo a las necesidades de desarrollo de nuestros clientes. Trabajamos con nuestros clientes para explorar todas las oportunidades disponibles para integrar las consideraciones climáticas en su desarrollo y planificación.
«El objetivo del 35 % es profundamente ambicioso dado el desarrollo económico y los niveles de ingreso per cápita de nuestros países clientes, agravados por las difíciles recuperaciones económicas de la pandemia de COVID-19. Es una señal importante de nuestro compromiso poner el clima en el centro de nuestra labor en favor del desarrollo.»
Genevieve Connors
Gerente de Prácticas, Equipo de Asesoría y Operaciones, Grupo de Cambio Climático
¿De dónde proviene la metodología y cómo se utiliza?
El cálculo de los cobeneficios climáticos se basa en las metodologías conjuntas de los bancos multilaterales de desarrollo para monitorear el financiamiento climático destinado a la adaptación y mitigación (publicadas en el informe anual conjunto sobre financiamiento climático de los bancos multilaterales de desarrollo) (PDF, en inglés). Las metodologías se perfeccionan periódicamente. Por ejemplo, se está revisando una nueva metodología para el financiamiento de la mitigación del cambio climático con el objetivo de comenzar el seguimiento en 2021.
A lo largo del ciclo de preparación de los proyectos, los equipos regionales encargados del tema climático y nosotros en el Equipo de Asesoramiento y Operaciones del Grupo de Cambio Climático trabajamos junto con los equipos de los proyectos y los expertos sectoriales, y otras unidades de apoyo de todo el Banco, para asegurar que las consideraciones climáticas se reflejen en el diseño de los proyectos. Una vez que los proyectos se finalizan y se presentan al Directorio Ejecutivo para su aprobación, proporcionamos una evaluación final de los cobeneficios.
Nuestro riguroso proceso de consulta y revisión interna garantizan que las metodologías se apliquen de manera coherente. Y publicamos una lista de todos los proyectos que se etiquetan con cobeneficios anualmente (vea, por ejemplo, nuestros datos del ejercicio de 2019) (PDF, en inglés).
¿Se miden de manera diferente los cobeneficios de adaptación y de mitigación?
Existen diferencias fundamentales entre las metodologías de seguimiento de las actividades de adaptación al cambio climático y las de las actividades de mitigación. Para las actividades de mitigación, una reducción de 1 tonelada de emisiones de CO2 tiene el mismo impacto independientemente de dónde estén localizadas las actividades, y es posible definir listas de actividades típicas que apoyan un camino hacia el desarrollo con bajas emisiones de carbono.
Por otro lado, las actividades de adaptación son específicas para cada proyecto y lugar; las necesidades de adaptación de un proyecto pueden ser diferentes de las de otro proyecto dependiendo de su ubicación y vulnerabilidad al cambio climático. A diferencia de las actividades de mitigación, no es posible producir una “lista de actividades de adaptación” independiente que se pueda usar en todas las circunstancias. De manera que, cuando nos preparamos para asignar cobeneficios de adaptación, nos hacemos las siguientes tres preguntas y buscamos las pruebas en el diseño del proyecto:
1. Cómo afectará un clima cambiante al proyecto, no solo los eventos climáticos que siempre se han producido, sino también los eventos climáticos que se esperan en el futuro;
2. Si el proyecto tiene la intención de abordar estas vulnerabilidades climáticas, y
3. Qué medidas o consideraciones incorporará el proyecto en su diseño para abordar las vulnerabilidades.
Se podría pensar que la asignación de los cobeneficios de mitigación es más fácil de acuerdo con esta explicación. Pero la lista de actividades de mitigación se somete a un examen técnico riguroso para asegurar que incorporamos las actividades que contribuyen a la reducción de emisiones a largo plazo y permiten una trayectoria de desarrollo con bajas emisiones de carbono en los países.
A pesar de sus enfoques diferentes, ambas metodologías monitorean el financiamiento para el clima y generan datos sobre este de manera granular. En otras palabras, los informes sobre el financiamiento para iniciativas vinculadas con el clima cubren solo elementos o proporciones de proyectos que contribuyen de manera directa o promueven la adaptación o la mitigación.
¿Qué más deberíamos medir?
Los cobeneficios climáticos son una métrica importante. Nos indican cuánto financiamiento se destinó a la acción climática, incluidos los proyectos que mitigan el cambio climático (como el desarrollo de la energía solar), o los proyectos que promueven la adaptación (como la rehabilitación de tierras agrícolas afectadas por la sequía). Y no cabe duda de que la fijación de un objetivo de financiamiento para el clima nos impulsó aún más a considerar el cambio climático en una serie de intervenciones de desarrollo, con el resultado de que hemos integrado con éxito la acción climática en todos nuestros proyectos.
Pero los cobeneficios no muestran toda la historia de estos esfuerzos. Con las nuevas métricas se trata de ir más allá de la medición de la información climática para medir los impactos y los resultados climáticos de nuestros proyectos. Por ejemplo, todos los proyectos de la AIF (PDF, en inglés) con al menos un 20 % de cobeneficios climáticos ahora deben incluir al menos un indicador relacionado con el clima para ayudarnos a medir el impacto climático de nuestras inversiones y darnos la confianza de que lo que estamos invirtiendo se traduce en una acción climática sobre el terreno. También estamos aplicando de manera experimental un nuevo Sistema de Calificación de la Resiliencia (i) para calificar el grado de planificación de un proyecto en relación con los riesgos climáticos y el fomento de la resiliencia de las personas. Con estas nuevas métricas se trata de ir más allá de los cobeneficios climáticos y avanzar hacia un enfoque que articule mejor la propuesta de valor total de la acción climática del Banco. El desarrollo y consolidación de estas métricas de próxima generación es un objetivo importante para el Grupo de Cambio Climático en los próximos meses.