News Press Service
Por Elías Prieto Rojas.
En este preciso momento escuchamos música, mientras nuestros ojos recorren el escenario: la pareja canta, danza, bulliciosa, y del fondo de su alma brotan las palabras con esa pasión propia, de quién se siente a gusto con su profesión (para que aprendamos todos); puro ritmo y sabor que sale de lo profundo, y sus ojos enseñan alegría, y las piernas se agitan en sus cuerpos, y sus miembros que nos trasmiten esa luz propia de eternos corazones enamorados: el rojo de la artista y su seda hacen contraste con el negro y blanco del otro cantante; la noche se quiebra de emoción, los músicos sonríen, la batería brilla, las trompetas se alborotan y las guitarras y su armonía, con esa fuerza que circula misteriosa, llenando el ambiente de etéreos sonidos y mágicas tonalidades: es la “Pollera Colorá” interpretada por Charlie Zaa y Yuri, trabajando un concierto en vivo.
Otra noche, país diferente, este año, a miles de kilómetros, ayer, el calendario cuenta pocas horas, programa: «Yo me llamo»… vemos a un joven imitando a Leonardo Favio. Su foto de carnet. Emblemática, hermosa canción. Un sentimiento que pone la piel demasiado tierna, porque el artista interpreta a su ídolo, y con esa memoria emotiva el muchacho evoca a su novia quien reside en el Canadá, (en los preparativos para interpretar la canción, “Caracol” le trajo al artista a su dama, y se la llevó al estudio de sorpresa, y el joven lloró de emoción al ver a su amada). Luego, al finalizar, el chico embargado de sentimiento dijo algo para que el mundo siempre lo tenga en cuenta… (al artista) … «Lo que realmente nos mantiene vivos es el arte, cantar con el corazón; qué los carros, qué la plata, no, eso no es lo que nos mantiene vivos… es el arte» (habla desde lo profundo de su alma porque hace año y medio que no ve, ni tiene cerca a su novia). La mayoría de los presentes lloran porque acá el amor siendo una comunicación inédita, es un regalo que surge del infinito y se exhibe en toda su plenitud como un arco iris…
En otro espacio de tiempo, atrás, es cierto que los principales actores ya murieron; un video, programa costumbrista, dos seres que se aman, pero que, y por avatares propios de la existencia, y por un malentendido, deciden separarse. Una dama con su tristeza infinita acude donde el sacerdote para que éste al escucharla ayude en su «limpieza espiritual», mientras que su amado pleno de dolor, y en otro lugar se embriaga, y con profundo despecho engaña sus sentidos, aunque su alma llora de verdad, pues los hombres cuando aman con el corazón son un Atlas derribado y triste: dolorido balbucea buscando su perdido amor. Al final ya ustedes podrán saber el desenlace con flores, versos y canciones…
Ya no me queda más por decir. De conclusión agrego que será necesario tener los cinco sentidos en nuestro planeta, y deducir que mientras haya vida todo ser humano tiene el derecho y deber de ser feliz; y siempre lo podrá lograr cada vez que intente decantar su alma, ya no en la búsqueda del dinero y su obsesión, sino en procura siempre de mantener su voluntad e inteligencia en plena disposición de aprender y de vivir; y en las tres historias que describimos el mundo sigue girando, pero la capacidad de asombro de cada uno de nosotros debe permanecer intacta. Será la serendipia de todos los días, esa es la tarea.
Posdata: tres audiovisuales que se pueden ver por YouTube.
Uno de ellos, La Pollera Colorá, Charlie Zaa y Yuri, video oficial, celebración en vivo. Tiempo: 4:02.
Segundo vídeo: Yo me llamo edición Colombia. Leonardo Favio dejó el corazón en el escenario. Tiempo: 12:09.
Tercer video: Don Chinche. Capítulo 80. Tiempo: 26: 23.
Hoy es febrero, viernes 4 de 2022.