Bogotá. News Press Service. Con la llegada al poder y con la atención pública centrada en su rimbombante evento de posesión, el presidente Gustavo Petro hizo dos nombramientos que desataron controversia. El mandatario envió el sábado al país dos contundentes mensajes de cambio con la designación de Gloria Inés Ramírez como ministra de Trabajo, y de Irene Vélez como ministra de Minas y Energía.
De acuerdo con el periódico el Colombiano, Petro llevaba dos semanas sin decantar públicamente sus designaciones ministeriales porque, según su círculo cercano, seguía armando el rompecabezas para darle representatividad a los partidos que lo apoyaron. Tras 15 días en silencio, este sábado el presidente electo hizo una ‘nombratón’ en la que sobresalieron las hojas de vida de Ramírez y Vélez.
Lo que más llamó la atención de estos nombramientos es que el próximo mandatario empezará su gobierno teniendo al frente de la cartera de Trabajo a una sindicalista de izquierda que admira abiertamente a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro, y al frente del Ministerio de Minas y Energía a una docente universitaria profesional en Filosofía, quien ha estudiado conflictos ambientales en el país.
Petro hizo una arriesgada jugada con estas dos designaciones, pues los dos mencionados ministerios son estratégicos para fomentar políticas y estrategias de cara a la generación de empleo y a la autosuficiencia energética del país.
La demora en hacer estos nombramientos no fue fortuita y pareció estratégica, pues era evidente la polémica que desatarían.
Y para hoy, cuando la opinión pública está concentrada en el evento de posesión, está previsto que anuncie otros ministros entre los que estarían las cuotas políticas (ver Nota anexa) que le entregaría a los partidos tradicionales como el Liberal, Conservador, Alianza Verde y La U.
La activista en Minas
Irene Vélez, quien ocupará el Ministerio de Minas y Energía, se autodefinió como profesora titular de la Universidad del Valle y como “activista dedicada al estudio crítico y participativo de conflictos ambientales y agrarios”.
“Mi formación —añade la funcionaria— es interdisciplinaria en ciencias sociales, con un doctorado en geografía política, una maestría en estudios culturales y un pregrado en filosofía (…)”.
“He trabajado extensamente en temas relacionados con la contaminación por mercurio en contextos mineros, los impactos del uso de agrotóxicos, el despojo del agua y de la tierra, la soberanía alimentaria en contextos rurales y étnicos y la paz ambiental (…)”, concluyó.
Entretanto, agradeció a Petro por el nombramiento y aseguró que empujará la transición energética y asegurará el cuidado de “la casa grande”.
Lo que está en juego
Vale mencionar que este era uno de los nombramientos que mantenía a la expectativa a diversos sectores. Entre ellos, a los actores del mercado de capitales porque la política petrolera es piedra angular para la estabilidad financiera del país.
Petro, fue enfático durante su campaña cuando sostuvo que en su mandato no se firmarían nuevos contratos de exploración petrolera y esa postura, por ejemplo, le ha pegado a Ecopetrol, cuya acción llegó a caer casi 37% entre abril y finales de julio.
Cabe recordar que las actividades del sector hidrocarburos, según la Cámara de Energía, Gas y Petróleo (Campetrol) le aportan cerca del 38% a la generación total de riqueza en Colombia. Eso equivale a unos $424 billones; representados en regalías, impuestos y exportaciones, solo por mencionar algunos.
Adicionalmente, las rentas petroleras, de acuerdo con Fitch Ratings, han representado, tradicionalmente, cerca del 10% de los ingresos corrientes de la Nación, dineros que luego son destinados a la proveeduría de bienes colectivos y al pago de la deuda.
Por lo anterior, son varios los expertos que han enfatizado en que la transición energética debe impulsarse, pero de una manera responsable, pues si no se repone el crudo que se consume y se exporta el país perdería dos cosas: la soberanía energética y el ingreso de millones de dólares a las arcas públicas.
Qué dicen los analistas
Gregorio Gandini, analista de mercados financieros, apuntó que Vélez “tiene un corte medioambientalista y pareciera una señal muy clara de que la mencionada transición energética va en serio y que no solo se pondría en cintura al petróleo, sino a la minería”.
En línea con todo esto, desde su punto de vista, “lo que realmente termina generando zozobra es no saber qué tanta experiencia tiene en el funcionamiento del sector. El mercado está un poco sensible por estos días y puede que esta noticia no sea bien recibida”.
En eso coincidió Andrés Moreno, analistas y asesor certificado por el Autorregulador del Mercado de Valores (AMV), quien consideró que “independientemente de que Vélez sea ambientalista, la cuestión está en qué tanto sabe sobre la evolución de los hidrocarburos y si tiene la fuerza para manejar toda la política minera del país”.
Así las cosas, será necesario esperar hasta el lunes para observar cómo se comportará la acción de Ecopetrol, que depende de las expectativas sobre la política petrolera. Igualmente, con la apertura del mercado se sabrá si hay una variación brusca en el precio del dólar, que el viernes terminó en un valor promedio de $4.337, pero este año alcanzó su valor histórico ($4.627) y es altamente sensible a las coyunturas locales y extranjeras.
Bandera comunista en Trabajo
La cabeza de la cartera de Trabajo de Petro estará en manos de Gloria Inés Ramírez, reconocida sindicalista y excongresista que ha demostrado afinidad política con gobiernos de izquierda como los de Chávez y Maduro en Venezuela, y el de Evo Morales en Bolivia. Petro la catalogó como “una defensora de los derechos humanos y la reivindicación de los trabajadores”.
El nombramiento de esta licenciada en Física y Matemáticas, que ha sido miembro del Partido Comunista, la Unión Patriótica y el Polo Democrático Alternativo, podría generar conflictos en las labores que adelanta el Ministerio de Trabajo, pues su férreo activismo sindicalista como el que hizo siendo presidenta del Federación Colombiana de Educadores (Fecode) y en el comité ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) podría entenderse de entrada como una bandera que tendrá esa cartera con ella al mando.
Cabe resaltar que quien ejerce de jefe del Ministerio de Trabajo juega un papel activo y participativo en la negociación que se hace cada año para definir el aumento del salario mínimo. La ministra Ramírez tendrá que cumplir un rol de orientadora frente a la agenda de esa negociación entre sindicatos y el sector empresarial, y en teoría no debería tomar postura por ninguno de los actores, aunque por años ha sido más cercana al primero.
Esta designación además abre la puerta a un eventual riesgo para el funcionamiento en Colombia de las plataformas de delivery y de ride sharing como Rappi, Uber, Indriver, Didi, Beat, entre otras, debido a que entre sus planes estaría su reglamentación buscando que se garantice el pago de prestaciones sociales para quienes se emplean por medio de estas aplicaciones.
Otro asunto que también llama la atención es la radical postura política de Ramírez, pues ha asegurado que Colombia debería ir en la senda de gobiernos progresistas de la región. “Ya quisiéramos nosotros que aquí estuvieran las ideas de Hugo Chávez, Evo Morales, de Rafael Correa”, dijo en un evento público.
Faltará esperar a que Petro anuncie en las próximas horas a los seis ministros que le hacen falta, entre los que podrían estar incluidas cuotas de los partidos tradicionales.
El Colombiano.