Según un nuevo estudio publicado en la revista JAMA (Journal of the American Medical Association), expone que uno de cada cinco niños y adolescentes en el mundo sufre de desórdenes alimentarios.
PLOS ONE publicó un estudio, en donde afirman que el 44% de los vídeos publicados en la red social TikTok sobre alimentación versaban sobre pérdida de peso. Además, tan sólo la etiqueta #PérdidaDePeso poseía más de 10.000 millones de visitas.
Bogotá, Julio de 2024. News Press Service. La relación entre nuestros pensamientos, emociones y la comida es un tema de gran relevancia en la sociedad contemporánea. En un contexto donde la salud mental y física están profundamente interconectadas, comprender cómo nuestras emociones y pensamientos influyen en nuestros hábitos alimenticios es crucial para promover un bienestar integral.
Gabriela Barragán Rueda, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Antonio Nariño (UAN), explica que “tanto los pensamientos como las emociones juegan un papel relevante en nuestra alimentación. Los pensamientos pueden afectar la elección de alimentos, la motivación para comer, la velocidad de la ingesta, la cantidad que se consume e incluso el metabolismo.”
La relación emocional con la comida no solo afecta nuestro peso y salud física, sino también nuestra salud mental, especialmente la autoestima. Barragán comenta: “Hay una conexión entre la autoestima y los comportamientos alimentarios. La baja autoestima es un factor determinante en los trastornos alimenticios, ya que la insatisfacción corporal puede aumentar la vulnerabilidad a desarrollar estos trastornos. Trabajar en estos aspectos en terapia es esencial para fomentar una relación más saludable con el peso corporal y la comida.”
Técnicas psicológicas para mejorar la relación con la comida
El área de la psicología ofrece varias técnicas efectivas para mejorar la relación con la comida:
Mindfulness: Esta técnica ayuda a reducir los antojos emocionales y los atracones, enfocándose en la atención plena a las señales de hambre y saciedad.
Regulación emocional: Mejorar las habilidades de autocontrol y reconocimiento emocional para evitar recurrir a la comida en momentos de estrés o tristeza. Barragán añade: “Esto permite que, ante emociones negativas, se recurra a actividades alternativas como técnicas de respiración, meditación y manejo del estrés, en lugar de una alimentación perjudicial.”
Límites contra estímulos externos: Desafiar los ideales culturales y sociales respecto al peso y la belleza. “La presión social por la delgadez y la internalización de ideales de belleza poco realistas son influencias socioculturales extremadamente relevantes que deben ser abordadas para mantener hábitos de vida saludables” afirma la experta de la UAN.
El papel de la psicología en los trastornos alimentarios
La psicología es fundamental tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de los trastornos alimentarios. Barragán explica que “factores como la baja autoestima, el perfeccionismo y las dificultades para regular las emociones pueden predisponer a las personas a desarrollar trastornos alimentarios. Traumas o experiencias negativas en la infancia, como el bullying o comentarios despectivos sobre el cuerpo por figuras de autoridad, también pueden aumentar esta vulnerabilidad. La psicoeducación familiar es crucial para proteger y cultivar la identidad de los jóvenes.”
Prevención de trastornos alimenticios en la infancia
Un estudio de JAMA muestra que más del 22% de los niños y adolescentes de 7 a 18 años presentan signos de trastornos alimentarios. Barragán enfatiza en la importancia de promover una imagen corporal positiva y una buena educación nutricional desde el hogar, “es esencial fomentar la apreciación del cuerpo por sus funciones y no solo por su apariencia, y educar sobre los beneficios nutricionales de los alimentos sin etiquetarlos como buenos o malos. También es importante promover el ejercicio no como un método para bajar de peso, sino para cuidar la salud mental.”
Reconocer y entender la compleja relación entre nuestras emociones, pensamientos y hábitos alimenticios es fundamental para mejorar nuestra salud y bienestar general. Adoptando un enfoque holístico que integre estrategias psicológicas y nutricionales, podemos avanzar hacia una relación más saludable y equilibrada con la comida.