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LA R
Miguel Carrasco
Cada cierto tiempo, los continentes de la Tierra se unen para formar uno gigantesco rodeado por un único océano. Sucedió hace 1.800 millones de años con Columbia, hace 1.000 millones, con Rodinia y, por última vez, hace 300 millones, con Pangea.
Ahora mismo existe otro supercontinente en curso, el cual, dependiendo de su configuración, recibe diferentes nombres. Uno de estos es Pangea Última, una gran masa terrestre que, según predicciones basadas en la dinámica de las placas tectónicas, se terminaría de ensamblar en 250 millones de años.
Pangea Última se formará cuando el océano Atlántico se termine de cerrar y América colisione con África, Europa y Asia, todas estas unidas en un único bloque, señala un reciente estudio a cargo de un grupo expertos liderado por el geólogo Alejandro Farnsworth, de la Universidad de Bristol, en Reino Unido.
Pero eso no es todo. Esta investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, también ha revelado un detalle impresionante por decir lo menos. Y es que la formación de este supercontinente podría hacer de nuestro planeta un mundo hostil para los mamíferos, incluidos los humanos, si es que aún existimos como especie.
Un lugar inhóspito para los mamíferos
Según el estudio, las condiciones ambientales que han permitido que los mamíferos reinen sobre la Tierra en los últimos 55 millones de años cambiarán por completo cuando surja Pangea Última en el ecuador terrestre.
Esto se debe a que el desplazamiento de los continentes provocará, a lo largo del tiempo, una actividad volcánica que arrojará enormes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera y, en consecuencia, elevará la temperatura en la superficie del planeta.
Los investigadores indican que, en el peor de los casos, escenario donde el CO2 supera el doble de los niveles actuales, gran parte de la superficie terrestre alcanzaría temperaturas de 40 °C, superando así los límites fisiológicos de la gran mayoría de los mamíferos, con excepción de los «más especializados». Así ocurriría una nueva extinción masiva de animales.
En ese sentido, si actualmente el 68% de la corteza continental es un terreno habitable para la gran mayoría de los mamíferos, dentro de 250 millones de años, ese porcentaje se reducirá hasta un 8%, el cual será comprendido solo por regiones costeras y polares.
“(El peligro de extinción) no solo sería para los mamíferos. Podría ser también para la vida vegetal y otros tipos de vida. Lo que salga de esto es una incógnita. En otras extinciones masivas tiende a dominar una nueva especie”, afirma Farnsworth en una nota de Scientific American.
A esas hostiles condiciones se suma el aumento de radiación solar, producto de que el Sol será un 2,5% más luminoso que ahora, y una mayor falta de humedad, que reducirá la cantidad de sílice que llega a los océanos, un compuesto que se encarga de eliminar el CO2 de la atmósfera.
Los científicos aseguran que el escenario podría ser más catastrófico, ya que se centraron solo en la evolución climática y no incluyeron las emisiones de carbono causadas por la actividad humana.
Un atisbo de esperanza
La potencial habitabilidad del supercontinente Pangea Última dependerá bastante de su ubicación en el globo.
En el modelo de Farnswoth y sus colegas, el supercontinente se ensambla en el ecuador terrestre, donde las temperaturas son mucho más cálidas en comparación con sus polos.
Sin embargo, en otros modelos, como el elaborado por Hannah Davies, geóloga del Centro Alemán de Investigación de Geociencias en Potsdam, se fusiona cerca del Polo Norte, donde las condiciones frías podrían hacer prosperar la vida.
“Que todos se extingan o no es solo un resultado, pero no es el único», sostuvo ante el medio periodístico antes citado. Aun así, «parece que en el futuro la vida va a pasar momentos un poco más difíciles», concluyó.