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Colombia celebra hoy el inicio de una «nueva era» del cambio, de la mano de Gustavo Petro. Miles de colombianos mostraban su entusiasmo en Bogotá, durante la ceremonia de investidura del nuevo presidente, el primer mandatario de izquierda de Colombia. Sus compatriotas tienen muchas esperanzas puestas en él.
Petro, de 62 años y exguerrillero del grupo M-19, ha prometido luchar contra la desigualdad y por la paz. Está dispuesto, ha dicho, a iniciar conversaciones de paz con grupos armados en todo el país. El Clan del Golfo, la mayor banda criminal de Colombia, anunciaba este domingo «un cese unilateral de hostilidades ofensivas» para buscar «caminos de paz» ante la «era distinta» que se abre en Colombia.
En entrevista con Euronews, Anna Ayuso, investigadora senior para América Latina, del Centro de Estudios y documentación internacional, explica que, aunque es complejo abrir estos caminos de paz, la voluntad de diálogo es esperanzadora:
«Estos procesos siempre generan dudas, pero por lo menos tenemos un punto de partida de optimismo. Ya sabemos que estos acuerdos no se hacen fácilmente; el de las FARC se tardó muchos años. Es un proceso en el que se tendrá que transar y negociar, y eso generará también conflicto social, porque habrá acusaciones por parte de la oposición».
Entusiasmo en Venezuela
La alegría por la investidura de Petro llegaba a la vecina Venezuela. Colombianos y venezolanos celebraron el cambio en el principal paso fronterizo, el puente internacional Simón Bolívar, con un concierto titulado ‘Dame la mano mi hermano por la paz y la vida’.
Petro recibió la felicitación de dirigentes antichavistas y también del presidente de Venezuela. A través de Twitter, Nicolás Maduro le instó a «reconstruir la hermandad» entre ambos países.