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El Economistas
El cuarto yacimiento de petróleo de esquisto (shale oil) más grande del mundo y el segundo shale gas está viviendo una auténtica revolución. Sin embargo, esta gran reserva de petróleo se enfrenta a un problema relativamente habitual en el mercado de crudo: este petróleo se encuentra lejos de los grandes puntos de consumo.
En un mundo perfecto y eficiente, lo ideal sería que los grandes yacimientos de petróleo estuvieran cerca de los grandes puntos de consumo, es decir, de las grandes ciudades.
Este gran yacimiento se enfrenta a este problema, está perdido en medio de un desierto y muy pocos contaban con un despertar como el que está viviendo.
En el mundo del petróleo no solo vale con tener mucho petróleo. Primero hay que tener tecnología para extraerlo y ello suele requerir de una potente inversión, ya sea pública o privada.
Segundo, hay que tener una situación geográfica decente para poder exportarlo sin incurrir en grandísimos costes. Tercero… si no se tiene lo segundo, hay que hacer grandes inversiones en oleoductos para llevar el petróleo desde su punto de extracción hasta donde se puede exportar a gran escala, normalmente los puertos.
Estos son algunos de los retos a los que se enfrenta Vaca Muerta y que de ser superados pueden llevar la producción de crudo a cotas insospechadas.
Hoy, Vaca Muerta está produciendo algo más de 400.000 barriles de crudo por día y se prevé que si todo sigue una proyección lineal, este yacimiento pueda bombear más de 1 millón de barriles de petróleo por día en 2030, una vez que se construyan e inauguren los oleoductos e infraestructuras planeadas.
Sin embargo, hay quien cree que todos estos cálculos podrían estar obviando algo fundamental: los incrementos de la eficiencia y la productividad del fracking (fracturación hidráulica) y de la industria del petróleo.
Con esto y una buena infraestructura, Vaca Muerta podría producir hasta 2 millones de barriles diarios de crudo.
«Vaca Muerta puede producir 2 millones de barriles».
Esta es la proyección que ha realizado Gustavo Medele (supera casi en un millón a proyecciones anteriores), ministro de Energía de Neuquén en AOG Patagonia y recogido por el diario ‘Más Energía’.
Medele explicó que el proceso detrás de la estimación de producción en Vaca Muerta que realizan a menudo las grandes firmas y consultoras energéticas no tiene en cuenta las mejoras de eficiencia del proceso de exploración, perforación y extracción.
Según Medele, el cálculo de dos millones de barriles diarios es resultado de un modelo basado en las capacidades actuales y en potenciales mejoras en la eficiencia operativa.
El cuarto yacimiento de petróleo de esquisto (shale oil) más grande del mundo y el segundo shale gas está viviendo una auténtica revolución. Sin embargo, esta gran reserva de petróleo se enfrenta a un problema relativamente habitual en el mercado de crudo: este petróleo se encuentra lejos de los grandes puntos de consumo.
En un mundo perfecto y eficiente, lo ideal sería que los grandes yacimientos de petróleo estuvieran cerca de los grandes puntos de consumo, es decir, de las grandes ciudades.
Este gran yacimiento se enfrenta a este problema, está perdido en medio de un desierto y muy pocos contaban con un despertar como el que está viviendo.
En el mundo del petróleo no solo vale con tener mucho petróleo. Primero hay que tener tecnología para extraerlo y ello suele requerir de una potente inversión, ya sea pública o privada.
Segundo, hay que tener una situación geográfica decente para poder exportarlo sin incurrir en grandísimos costes. Tercero… si no se tiene lo segundo, hay que hacer grandes inversiones en oleoductos para llevar el petróleo desde su punto de extracción hasta donde se puede exportar a gran escala, normalmente los puertos.
Estos son algunos de los retos a los que se enfrenta Vaca Muerta y que de ser superados pueden llevar la producción de crudo a cotas insospechadas.
Hoy, Vaca Muerta está produciendo algo más de 400.000 barriles de crudo por día y se prevé que si todo sigue una proyección lineal, este yacimiento pueda bombear más de 1 millón de barriles de petróleo por día en 2030, una vez que se construyan e inauguren los oleoductos e infraestructuras planeadas.
Sin embargo, hay quien cree que todos estos cálculos podrían estar obviando algo fundamental: los incrementos de la eficiencia y la productividad del fracking (fracturación hidráulica) y de la industria del petróleo. Con esto y una buena infraestructura, Vaca Muerta podría producir hasta 2 millones de barriles diarios de crudo.
«Vaca Muerta puede producir 2 millones de barriles».
Esta es la proyección que ha realizado Gustavo Medele (supera casi en un millón a proyecciones anteriores), ministro de Energía de Neuquén en AOG Patagonia y recogido por el diario ‘Más Energía’.
Medele explicó que el proceso detrás de la estimación de producción en Vaca Muerta que realizan a menudo las grandes firmas y consultoras energéticas no tiene en cuenta las mejoras de eficiencia del proceso de exploración, perforación y extracción.
Según Medele, el cálculo de dos millones de barriles diarios es resultado de un modelo basado en las capacidades actuales y en potenciales mejoras en la eficiencia operativa.
Por ejemplo, cuando se empezó a explotar la Cuenca Pérmica nadie habría dicho que su producción habría alcanzado ni los cuatro millones de barriles diarios.
Sin embargo, hoy la Cuenca Pérmica de EEUU produce más de 6 millones de barriles de petróleo cada día. Las mejoras productivas y de eficiencia en la industria han permitido extraer mucho más crudo de lo que se esperaba, lo que junto a una red de oleoductos bien conectados con las refinerías más importantes del país están permitiendo que EEUU roce la independencia energética en términos de petróleo. EEUU es el mayor productor de crudo del mundo.
hora, Argentina buscará emular los resultados de la Cuenca Pérmica con Vaca Muerta (salvando las distancias), pero para ello necesita una gran inversión, porque como se explica a continuación, este yacimiento de shale oil tiene que superar varios obstáculos antes de acercarse a los 2 millones de barriles diarios que convertirían a Argentina en uno de los grandes productores de crudo en América.
El petróleo de Vaca Muerta
El yacimiento de petróleo y gas de Vaca Muerta se encuentra en la cuenca Neuquina, en la región de la Patagonia argentina, muy al sur del globo. Este vasto depósito de hidrocarburos no convencionales se extiende principalmente en la provincia de Neuquén, aunque también abarca áreas menores de las provincias de Mendoza, Río Negro y La Pampa.
Geográficamente, Vaca Muerta se ubica en una región semidesértica y montañosa, alejada de los grandes centros de consumo y las principales infraestructuras de exportación de Argentina, lo que presenta desafíos logísticos significativos para el transporte de sus recursos.
Dada la distancia de más de mil kilómetros entre Vaca Muerta y los principales puntos de consumo en el centro y norte de Argentina (imagen la distancia con los grandes puntos de consumo del resto del mundo), como el área metropolitana de Buenos Aires y los puertos de exportación en el Atlántico, es necesario construir oleoductos para el transporte del petróleo y gas extraídos.
Los oleoductos permiten trasladar grandes volúmenes de hidrocarburos de manera eficiente y continua, minimizando los costes de transporte y reduciendo la dependencia de medios de transporte más caros y menos sostenibles, como camiones o trenes.
La construcción de oleoductos desde Vaca Muerta hasta los centros de demanda es esencial no solo para abastecer el mercado interno, sino también para que Argentina pueda exportar sus recursos de manera competitiva.
Sin esta infraestructura, el coste del transporte incrementaría significativamente, afectando la rentabilidad de Vaca Muerta y limitando la capacidad del país para posicionarse como un exportador relevante de hidrocarburos en el mercado global.
Por ahora, lo que ha logrado Argentina es ‘revertir’ un gasoducto y poner en marcha algún oleoducto menor. Argentina inauguró este hace unas semanas la obra de reversión del Gasoducto Norte, que durante casi dos décadas permitió las importaciones de gas natural de Bolivia y que ahora posibilitará abastecer al norte y el centro argentino y exportar a Brasil gas extraído de la colosal formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta.
La obra, iniciada el año pasado y terminada dos meses antes de lo previsto, implicó la ampliación en 62 kilómetros del Gasoducto Norte, la reversión del sentido de inyección de gas en cuatro plantas compresoras ya existentes, y la construcción de un gasoducto de 122 kilómetros en la provincia de Córdoba (centro).
Argentina será una potencia energética
Pero con el petróleo, la situación va poco a poco. Obviamente, ya existen oleoductos y en algunos de ellos se están produciendo ampliaciones. Pero ni mucho menos existe capacidad para transportar todo el potencial de Vaca Muerta, aunque se está trabajando en ello.
Por ejemplo, está previsto que un nuevo oleoducto que se dirija hacia el sur llegue a la ciudad de Allen, a 130 kilómetros de distancia, a finales de este año. Un segundo tramo, cuya finalización está prevista para 2026, transportaría crudo otros 440 kilómetros hasta Punta Colorada, en la costa sureste.
«Este es el primer gran oleoducto del país diseñado completamente para la exportación», dice Manuel Castillo, quien administra el proyecto para la empresa estatal de energía argentina YPF. «Con el tiempo, aumentaremos la capacidad de transporte de la cuenca en un 70%», señala en declaraciones al Financial Times.
Vaca Muerta está a punto de cumplir la promesa que los sucesivos gobiernos han estado promocionando durante los 14 años transcurridos desde su descubrimiento, ya que la nueva infraestructura promete aliviar los cuellos de botella del transporte que han obstaculizado durante mucho tiempo la producción. Se espera que la producción de petróleo de Vaca Muerta genere un superávit de exportación de energía de 5.000 millones de dólares para Argentina este año, pese a las grandes limitaciones.
Es más, un reciente informe publicado por PwC se calcula que para 2030 Argentina podría alcanzar un superávit energético de 30.000 millones de dólares, según recoge la agencia Bloomberg.
Este cálculo se ha hecho en base a una producción de algo más de un millón de barriles diarios, por lo que el superávit podría ser incluso mayor si se cumplen las previsiones de Medele.
Uno de los pocos oleoductos en activo, finalizado el año pasado, ha permitido reiniciar las exportaciones de petróleo a Chile después de 17 años. Otro, cuya finalización está prevista para 2025, aumentará los flujos hacia la costa de la provincia de Buenos Aires.
La producción diaria de petróleo de la cuenca se ha multiplicado por cinco en los últimos cinco años, de 90.000 barriles por día en 2019 a unos 400.000 en septiembre, y podría superar los 1,1 millones por día en 2030, según la cámara empresarial local de hidrocarburos CEPH. Eso permitiría exportaciones de casi 700.000 bpd.
Las mejoras del petróleo de Vaca Muerta
Sin embargo, Medel cree que si la infraestructura acompaña, el potencial es mucho mayor. «Si uno analiza hoy la capacidad instalada (36 equipos de perforación y entre 7 y 8 equipos de fractura), y proyecta sin considerar mejoras, esa capacidad nos llevaría a alrededor de 800.000 barriles por día para 2028», asegura Medele. Esto estaría en línea con las previsiones de las grandes consultoras energéticas.
«Pero la cuestión es que no estamos estancados; estamos viendo constantes mejoras», afirmó. A partir de esta base, se realiza una proyección a través de un modelo matemático, considerando tanto la capacidad actual como posibles optimizaciones y mejoras en la eficiencia operativa.
«El objetivo de 2 millones de barriles diarios representa un máximo teórico sin restricciones», aclara Medele a medios argentinos. Este cálculo se realiza pensando que no va a haber limites en lo que se refiere a la infraestructura para transportar el crudo, es decir, que no se presenten cuellos de botella ni otras limitaciones que actualmente afectan la producción.
La propia Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevén que la producción de crudo siga incrementándose a corto plazo: «Se espera que el suministro del próximo año promedie 860.000 barriles diarios.
El presidente de Argentina, Javier Milei, ha implementado una reforma del sector energético con la publicación de una amplia modificación legal general en julio.
Esa ley también ha creado un nuevo mecanismo para la inversión a gran escala (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones o RIGI) que proporcionará 30 años de estabilidad legal y regulatoria para proyectos superiores a 200 millones de dólares».
La propia AIE destaca estas modificaciones positivas para la industria y destaca que los cambios fiscales que ya están estimulando la producción de gas y petróleo en el país: «Se incluirán exenciones fiscales adicionales, exenciones de impuestos a las exportaciones y acceso a divisas extranjeras para proyectos de más de 1.000 millones de dólares.
Es probable que estas reformas permitan una mayor producción de Vaca Muerta a medida que los grandes actores internacionales analicen los detalles y determinen los planes de inversión futuros».
Pero la gran esperanza es alcanzar esos dos millones. Las principales mejoras señaladas por Medele tienen que ver por ejemplo con el tiempo de perforación de un pozo, que ha pasado de 25 días a una media de 17 días, con algunas compañías especializadas incluso logrando perforar pozos en 11 días.
«Estas son algunas de las suposiciones que se integraron al modelo. Cada mejora en los procesos representa un avance hacia la meta de producción», afirmó Medele.
Otro factor que está dentro del cálculo de los 2 millones de barriles de Medel es el desarrollo de varias capas de extracción en Vaca Muerta. Actualmente, la mayoría de los proyectos se limitan a dos capas (se extrae crudo de solo dos capas), aunque algunas empresas han comenzado a explorar una tercera capa y se estudia la posibilidad de extenderse a una cuarta.
Medele comenta con ilusión que el potencial de desarrollar más capas varía de acuerdo con las condiciones específicas de cada zona, pero representa un factor crucial en la proyección de la producción máxima. «Hoy la mayoría de los proyectos desarrollan dos capas de Vaca Muerta. ¿Podríamos ir a cuatro capas? Todavía no lo sabemos», comentó el ministro.
Con todo, y a la espera de la gran revolución, el último informe de la AIE señalaba que «el suministro de Argentina se mantuvo estable en 860.000 barriles en octubre después de aumentar 20.000 barriles en septiembre.
Los aumentos anuales (más de 85.000 barriles por días) han estado impulsados ??por los continuos desarrollos en las secciones petroleras de la Cuenca Neuquina (Vaca Muerta).
De hecho, según los últimos datos oficiales, el crudo de Neuquén y del shale oil argentino han alcanzado nuevos máximos históricos durante ocho meses consecutivos, y el shale oil por sí solo representa ahora cerca del 60% de la producción de crudo del país.
Se pronostica un crecimiento este año de 60.000 barriles, seguido de un aumento de 80.000 barriles por día el próximo año, lo que eleva la oferta total a 910.000 barriles para 2025″, sentencia el informe.