París. News Press. La recesión mundial sería menos dura de lo previsto en 2020 gracias a la reacción rápida y consecuente de los Estados, estima la OCDE en sus perspectivas económicas publicadas este miércoles, pero la recuperación en 2021 sería a su turno menos fuerte de lo que se creía en junio.
«Menos consumo, menos inversión, menos producción, menos intercambio comercial, menos empleo»: de esta manera Laurence Boone, economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) resumió la situación económica mundial.
Las cifras son vertiginosas: entre finales de 2019 y finales de 2021, la economía mundial podría haber perdido 7 billones de dólares (5,9 billones de euros) «o el equivalente al PIB combinado de Alemania y Francia». Un déficit que podría reducirse hasta los 4 billones de dólares en el mejor escenario de la evolución del virus, pero que podría aumentar hasta los 11 billones en el peor.
Puesto que una cosa es segura: «el nivel de incertidumbre sigue siendo extremadamente elevado» y el covid-19, que deja al menos 930.000 muertos en el mundo y continúa paralizando a Europa, «nos acompañará en los 12 a 18 meses próximos».
A pesar de este panorama negro, la lección que podemos sacar de esta crisis es que «la política importa», y que «los gobiernos todavía tienen mucho margen de acción», añadió Boone, al presentar las perspectivas económicas intermedias de la OCDE.
La organización con sede en París apuesta ahora a un crecimiento de 5% en 2021, tras un retroceso de 4,5% en 2020. En junio, preveía una caída de 6% para este año y un rebote de 5,2% para 2021.
– «Perspectivas inciertas» –
La OCDE subraya de todos modos que «esas perspectivas son muy inciertas» porque dependen «de las hipótesis relativas a la propagación del virus y la evolución de las políticas» macroeconómicas.
Además, esa cifra global oculta «diferencias considerables entre los países», entre China (+1,8%), que sería la única economía del panel que registrará crecimiento en 2020, e India, donde la pandemia llegó más tarde y cuyo PIB caería 10,2%.
En 2020, Estados Unidos (-3,8%) tendría finalmente un mejor desempeño que lo previsto, y a Alemania (-5,4%) le iría mejor que a la zona euro (-7,9%). Francia (-9,5%), Italia (-10,5%) y el Reino Unido (-10,1%) sufrirían duras caídas y su rebote en 2021 sería menos fuerte de lo esperado por la OCDE en junio.
Sin embargo, la OCDE es clara: sin la reacción rápida y masiva de los gobiernos, y sin la intervención consecuente de los bancos centrales, «la contracción de la actividad hubiese sido mucho más importante».
El mundo teme una segunda ola de la pandemia, que ha contagiado a 29,6 millones de personas desde que se dio cuenta de su aparición en China en diciembre, y se multiplican las medidas para intentar frenarla. Israel, por ejemplo, decidió confinar de nuevo a toda su población. En Inglaterra se aplica una estricta limitación a las reuniones.
La OCDE advierte que «un resurgimiento más fuerte del virus o medidas de confinamiento más estrictas podrían reducir 2 o 3 puntos porcentuales el crecimiento mundial en 2021».