

Por Alberto Restán Hincapié
Bogotá, junio de 2025. News Press Service. Indignación ha causado en Colombia el asesinato del líder indígena Luis Aurelio Araújo Hernández, coordinador general de la Asociación CAMAWARI, junto con sus dos escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP), en hechos ocurridos en la vereda Cuaiquer Viejo, municipio de Ricaurte, Nariño.
Según información confirmada, hombres fuertemente armados dispararon contra los ocupantes del vehículo y posteriormente incineraron sus cuerpos junto al carro asignado para su protección.
Se trata de un crimen perpetrado con sevicia, con el objetivo evidente de enviar un mensaje de terror y escarmiento a las comunidades que defienden sus derechos.
Luis Aurelio fue reconocido oficialmente como líder indígena por el Ministerio del Interior el pasado 10 de marzo. Su labor como defensor de derechos y autoridad tradicional Awá lo convirtió en un blanco en una región donde el control armado se impone sobre la vida y la dignidad.

Este crimen no fue un hecho aislado. Ricaurte ha sido objeto de múltiples alertas tempranas por parte de la Defensoría del Pueblo, entre ellas la AT 008/23, que advierte sobre el alto riesgo en la zona, y la AT 019/23, dirigida a líderes y defensores de derechos humanos.
En ambas se alerta sobre el poder que ejercen grupos armados ilegales mediante amenazas, violencia directa e imposición de normas, afectando gravemente la autonomía, seguridad y libertad de las comunidades.
A la fecha, ya son 73 los líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados en lo que va del año 2025. La persistencia de estos crímenes, muchos de ellos cometidos con extrema brutalidad, confirma un patrón de persecución sistemática contra quienes ejercen liderazgo desde los territorios.
Por tal motivo se hace un llamado urgente al Gobierno Nacional para que se pronuncie y garantice medidas efectivas de protección colectiva para el pueblo Awá y demás comunidades en riesgo.
“Como sociedad no podemos normalizar la barbarie ni la política del silencio frente al exterminio de líderes y lideresas sociales”, han dicho voceros de la comunidad
Luis Aurelio fue asesinado por ejercer liderazgo y por defender los derechos de su pueblo. Que su memoria nos obligue a no callar y a seguir exigiendo verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
¡No más líderes asesinados!