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CNN
En la recta final de una campaña electoral virtualmente empatada —así lo indican los últimos sondeos—, el llamado “voto latino” se ha convertido en una pieza más del ajedrez electoral entre Donald Trump y Kamala Harris. Por eso, la pregunta que se abre es qué deben esperar los miembros de esa comunidad del resultado electoral.
Para responder a ese interrogante, lo primero es establecer que la comunidad latina o hispana en Estados Unidos está lejos de ser una unidad monolítica, con una única realidad social, económica, migratoria e incluso ideológica.
Consultado por CNN sobre el tema, Pablo Alvarado, codirector de la Red Organizadora de Jornaleros de Estados Unidos, explicó que hablar de “latinos” en general puede invisibilizar a los grupos más vulnerables.
“Los venezolanos, cubanos y mexicanos de mucho dinero que viven en Miami posiblemente no corran ningún riesgo, más allá de quién gane las elecciones del 5 de noviembre”, dijo. “Pero hay muchas diferencias, y en el caso de los más vulnerables, debo decir que nosotros estamos preparándonos para lo peor, y eso es la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca”.
En efecto, en las últimas semanas han sido noticia varias declaraciones insultantes, racistas y xenófobas contra los latinos por parte de Donald Trump y de su entorno. La última ocurrió el domingo en Nueva York, un evento en el que Trump dijo que era un “honor participar” y en la que un comediante describió a Puerto Rico como una “isla flotante de basura”.
Aunque su equipo de campaña ha negado que esos comentarios reflejen las opiniones de Trump y el expresidente haya dicho que “ningún presidente hizo más por Puerto Rico” que él, los dichos generaron una ola de indignación en la recta final de la campaña. Pero es posible que el verdadero motivo sea que la frase no se pronunció en el vacío.
El contexto es que Trump posee un historial de dichos racistas y xenófobos sobre inmigrantes provenientes de América Latina. Entre ellos, la resonada acusación falsa contra los migrantes haitianos de estar comiéndose a las mascotas de los habitantes de Springfield, Ohio; la criminalización de los venezolanos; y los dichos despectivos contra mexicanos y contra el uso del idioma español en EE.UU.
El trasfondo de estas afirmaciones, según aseguran varios analistas, es un intento por parte del republicano para que el principal eje de campaña sea avivar los temores contra la inmigración e impulsar sus propuestas de política migratoria de línea dura, incluida su promesa de deportaciones masivas.
“Nos preparamos para la construcción de nuevos centros de detención y la deportación de inmigrantes más grande de la historia”, dijo Alvarado, aunque advirtió: “Sólo con la descripción de Trump sobre nosotros ya ha hecho un daño enorme.
Su lenguaje, la idea de que estamos envenenando la sangre de Estados Unidos, que somos violadores, que somos delincuentes, que venimos de los hospitales de salud mental de nuestros países; todo eso tiene un efecto aún si Trump es derrotado el 5 de noviembre.
Y ese efecto consiste en que se vulneren aún más nuestros derechos, para que un día un patrón venga y nos diga que no nos va a pagar por nuestro trabajo porque somos animales y no tenemos derecho de estar aquí”.
Un estudio publicado esta semana, liderado por la Universidad de California en Los Ángeles, ha analizado los efectos que una deportación masiva como la que propone Trump podría causar en las economías de México y EE.UU. Según esa investigación, Estados Unidos sufriría una caída del PIB real del 4% si se deportaran más de 8 millones de trabajadores, mientras que México experimentaría un descenso del 16,3% del PIB para 2028.
Raúl Hinojosa, investigador principal de dicho estudio, dijo a CNN que las consecuencias de ese plan serían “devastadoras” y representarían “un ataque frontal” contra los latinos en EE.UU.
Hinojosa, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles, cree en consecuencia que la gran mayoría de los latinos va a seguir apoyando a los demócratas. “Hubo un grupo de votantes latinos, principalmente hombres jóvenes, con bajo nivel educativo (igual que sucedió entre los afroamericanos y entre los blancos) que se volcaron al apoyo a Trump, pero eso no es un elemento distintivo de los latinos, sino que se trata de hombres jóvenes con esas características”, aclaró sobre la composición del voto.
Por el lado demócrata, sin embargo, el tema migratorio ha sido mencionado de forma más lateral y es utilizado por Kamala Harris para diferenciarse de su rival, más que como una política afirmativa. Uno de los aspectos clave de esa diferenciación es la posibilidad de que exista una vía real para acceder a la ciudadanía para aquellos que se ganen ese derecho.
Un estudio reciente del Pew Research Center sobre las preferencias de los votantes de cara a las elecciones estableció que tanto los simpatizantes de Trump con los de Harris comparten una serie de puntos en materia de inmigración, puntualmente en relación con la necesidad de mejorar la seguridad fronteriza y en relación con admitir más inmigrantes cualificados.
En ese contexto, la vicepresidenta ha hecho una serie de movimientos claros, que tuvieron el objetivo de achicar la ventaja de Trump en esta materia. Es que, según una encuesta de CNN realizada por SSRS y publicada a finales de octubre, un 50% de probables votantes confía en el expresidente para manejar la inmigración, mientras que un 34% confía en Harris para ello.
El 27 de septiembre Harris viajó a la frontera con México —por primera vez como candidata presidencial— para exponer sus planes migratorios, algo que describió como un problema que ha languidecido durante décadas. En tanto, el 23 de octubre, durante el foro de CNN con la candidata presidencial demócrata, Harris aseguró que “el sistema migratorio de Estados Unidos está roto y necesita ser arreglado”, en alusión a la necesidad de un refuerzo de los controles migratorios.
“Ambos partidos han usado la inmigración para culparse mutuamente”, dijo Alvarado a CNN. “Sin embargo, hay una serie de programas —como el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés), que Trump derogó y la administración demócrata restableció— que sabemos que se mantendrían ante una victoria de Harris, con lo que es posible que, en el mejor escenario, no vayan a cambiar muchas cosas para nuestra comunidad en ese caso”.