Por Alberto Restán Hincapié
Bogotá, noviembre de 2024. News Press Service. El Gobierno de Gustavo Petro ha designado como gestores de paz a 18 antiguos comandantes paramilitares, incluyendo a varios de los máximos jefes y cofundadores de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Aunque ese grupo armado negoció con el Gobierno Uribe y varios de los antiguos comandantes terminaron extraditados a Estados Unidos, donde pagaron condenas por narcotráfico, la resolución emitida por el alto comisionado de Paz este 8 de noviembre les abre la puerta a beneficios judiciales en Colombia mientras formen parte la que sería la décima mesa de diálogo de la ambiciosa política de paz total del Ejecutivo, la primera con un grupo armado ya inexistente.
Los excomandantes nombrados son Carlos Mario Jiménez, Macaco; Diego Fernando Murillo Bejarano, Don Berna; Hernán Giraldo, Taladro; Heberth Veloza García, HH; Rodrigo Tovar Pupo, Jorge 40; Rodrigo Pérez Alzate, Julián Bolívar; Luis Eduardo Cifuentes Galindo, El Águila; Manuel de Jesús Pirabán, Pirata; Juan Francisco Prada Márquez, Juancho Prada; José Baldomero Linares, Guillermo Torres; Freddy Rendón Herrera, El Alemán; Edward Cobos Téllez, Diego Vecino; Héctor Germán Buitrago, Martín Llanos; Ramón Isaza, El Viejo; Arnubio Triana Mahecha, Botalón; Ramiro Vanoy, Cuco Vanoy; Héctor Buitrago Rodríguez, El Patrón; y Salvatore Mancuso. Este último ya había sido designado gestor de paz por el Gobierno en julio de 2023.
Los gestores de paz son una figura jurídica que permite al Ejecutivo suspender las órdenes de captura o las sanciones de cárcel —no los procesos penales en curso— sobre los exintegrantes de grupos armados ilegales que se hayan comprometido a contribuir en procesos de paz.
“Las personas que se designarán como gestores de paz manifestaron su voluntad para contribuir con su conocimiento y experiencia al desarrollo de actividades de construcción de paz y garantías de no repetición, estructuración de procesos de paz y estrategias de acercamientos con actores armados ilegales”, dice la resolución, en referencia a la particularidad de que estos gestores de paz son personas que, en principio, no pertenecen a ningún grupo armado actualmente activo, y por lo tanto no negociarán su entrega de armas ni algo similar.
Mancuso ha fungido como asesor o mediador para otra de las mesas, la del Clan del Golfo, el mayor grupo armado del país que, en muchos sentidos, es un sucesor de las AUC.
Además, este diario supo que Macaco ya venía apoyando la mesa de paz urbana de la cárcel de Itagüí (Antioquia), donde permanecen líderes de bandas del Valle de Aburrá como La Oficina, La Terraza, Los Pachelly, Los Pesebreros, dedicados al microtráfico y a la extorsión en Medellín y sus alrededores.
Ahora y junto con los restantes exjefes de las AUC, participarán directamente en otra mesa de diálogo.
La resolución que se dio deja claro que la designación será por un término de seis meses, que podrían prorrogarse, según defina el Alto Comisionado de Paz.
Los nuevos gestores que están en prisión, como Jorge 40, pueden ahora buscar su excarcelación mientras mantengan esa condición.
La decisión llega nueve días después de que el presidente anunciara, en un evento público, esa nueva mesa de diálogo. Se trataría de una negociación para “terminar” la desmovilización de las AUC que ocurrió hace ya dos décadas.
Un mes atrás, en un encuentro en Montería (Córdoba), el presidente ya había anunciado algo similar ante los micrófonos y con Mancuso presente.
Le propongo instalar la mesa para finiquitar el proceso de paz que inicio Álvaro Uribe Vélez con ustedes, esta vez sin traición y sin miedo a la verdad, que existía en esa época”, dijo a quien fuera el principal comandante de la federación paramilitar.
La designación de la plana mayor es el primer paso para ese nuevo frente de diálogos.
Mancuso, quien lideraría esta nueva mesa, regresó a Colombia el 27 de febrero pasado, luego de haber permanecido casi dos décadas extraditado en Estados Unidos.
Desde entonces ha recibido un trato diferencial por el Gobierno, que le ha permitido desplazarse por todo el país asesorando las mesas de negociación.
Además, por su enorme conocimiento sobre los vínculos del paramilitarismo con el Estado, es el único excomandante que ha sido aceptado como compareciente en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal especial que nació en 2016 con el Acuerdo de Paz con las FARC.