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En el año 2014, Rusia se anexionó la península de Crimea, incorporando a su territorio la República de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol. Un movimiento considerado ilegal por la Unión Europea y por Estados Unidos que provocó el momento de mayor tensión entre estadounidenses y rusos desde el final de la Guerra Fría.
Sin embargo, lo que viene en este 2022 puede ser mucho peor. ¿Una invasión de Ucrania por parte de Putin? Aunque la mención pueda sonar disparatada, lo cierto es que una nueva guerra en Europa, tres décadas después de la de los Balcanes, es ahora mismo una posibilidad que está encima de la mesa.
Es así que las televisiones estatales rusas ya han empezado una campaña de propaganda destinada a justificar una escalada militar contra Ucrania. Los contenidos que denigran a los ucranianos y a la OTAN son cada vez más frecuentes e indican que la situación puede estar a punto de estallar.
«Rusia ha colocado a Estados Unidos en un callejón sin salida. O dan un paso atrás voluntariamente o les obligaremos a hacerlo por la fuerza. Y no ofrecemos garantías sobre la soberanía de Ucrania … Tal vez realmente estemos al borde de la guerra con la OTAN».
Tal y como asegura el periodista basado en Moscú, Matthew Luxmoore, los programas rusos suelen estar llenos de retórica belicista contra Occidente, pero en esta ocasión la cosa va más allá. Y es que alentar una respuesta militar contra la OTAN y hablar de la desaparición de Ucrania como estado soberano es dar por hecho que la guerra es inminente e inevitable.
De hecho Rusia lleva moviendo tropas a la frontera desde hace varias semanas e incluso los funcionarios estadounidenses contactados por The Washington Post estiman que la invasión se puede producir a principios del 2022.
En este sentido, Estados Unidos establece que ya hay 70.000 soldados en la frontera ucraniana, aunque las predicciones es que se sumen 100.000 más próximamente, después de que Rusia haya movilizado de forma repentina a los reservistas. Todo este personal estaría acompañado por blindaje, artillería y equipo.
Además de hablar con fuentes directas, el medio estadounidense ha obtenido una serie de imágenes satelitales que confirman la concentración de fuerzas rusas en la región. Unas estampas que de momento solo sirven para mostrar una imagen de fortaleza, pero estas tropas muy pronto pueden entrar en acción.
«No sabemos si el presidente Putin ha tomado la decisión de invadir. Sabemos que está poniendo en marcha la capacidad para hacerlo a corto plazo si así lo decide», manifestó recientemente Antony Blinken, secretario de Estados estadounidense.
Cabe recordar que a principios del año 2021 Rusia ya realizó ejercicios militares en la frontera que podrían haber servido de preparación y entrenamiento de cara a esta invasión que ahora parece inminente.
Las tensiones están en su punto álgido, mientras que Putin exige a Estados Unidos y a los demás aliados que garanticen que una expansión de la OTAN no incluirá a Georgia y Ucrania como nuevos miembros. En este sentido, la diplomacia rusa lleva tiempo alertando que las actividades militares de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia suponen una amenaza para el Kremlin, una línea roja muy importante.
OTAN y Pacto de Varsovia
Putin ha señalado que un acuerdo concreto debe «descartar cualquier expansión de la OTAN hacia el este y el despliegue de sistemas de armas que nos representen una amenaza en las proximidades del territorio de Rusia».
En las últimas dos décadas, antiguos miembros del Pacto de Varsovia como República Checa, Hungría, Bulgaria o Rumanía, entre otros, se han ido uniendo a la OTAN, provocando que Rusia esté cada vez más rodeada. La OTAN es una alianza de defensa colectiva en la cual los estados miembros se comprometen a la defensa de cualquiera de los firmantes en el caso de ser atacado por una potencia externa a ella.
¿Qué significa esto? Que si actualmente Rusia atacara militarmente por ejemplo a Letonia, antigua República soviética, los 29 países miembros, entre ellos Estados Unidos, Francia o España, responderían.
Así, el objetivo de Putin es que ni Georgia ni Ucrania, que cuentan con muchísimos kilómetros de frontera con Rusia, lleguen a entrar en la OTAN. Una cuestión fundamental para los intereses rusos que puede provocar que lleguen hasta las últimas consecuencias en este asunto. Y eso incluye por supuesto una eventual invasión a sus vecinos.
De momento en Ucrania también se empiezan a preparar para la guerra y una reciente encuesta ha señalado que más de un 50% de los ucranianos resistirán activamente en el caso de que se produzca la invasión de su territorio. Además, un 33,3% señala que opondrán resistencia armada, mientras que el 21,7% apuesta por la resistencia civil, que incluye huelgas, manifestaciones y boicot.