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El Tiempo
Samuel Moreno, el delfín presidencial fallecido este viernes 10 de febrero, siempre pensó que su destino sería la Casa de Nariño. Para eso hizo carrera durante casi dos décadas en el Congreso y, luego, como Alcalde de Bogotá; paradójicamente, el mismo cargo que le fue esquivo a su madre, la ‘Capitana’ María Eugenia Rojas, en 1988, cuando se estrenó la elección popular de Alcaldes en Colombia.
Y sin embargo, terminó convertido en el rostro más visible de la corrupción de cuello blanco en Colombia y pasando sus días preso en la Escuela de Carabineros, en los cerros orientales de Bogotá.
Con tres condenas a cuestas por el escándalo del carrusel de la contratación en Bogotá -que sumarían casi 70 años, si bien la pena efectiva no llegaría a los 30 años de prisión– Samuel Moreno Rojas y su hermano, el también condenado exsenador Iván Moreno, fueron protagonistas del jet set colombiano, primero, y luego de algunos de los más escandalosos expedientes de la justicia colombiana por el saqueo de los recursos públicos.
Nietos del expresidente Gustavo Rojas Pinilla –el único dictador en la historia moderna colombiana (1953-1957)– e hijos de su heredera, María Eugenia– los hermanos Moreno Rojas fueron criados para ser protagonistas de primera línea en la política colombiana.
Samuel nació en Miami en 1960. Allí se había refugiado el dictador Rojas Pinilla tras su salida forzada del poder en 1957, y su formación y su ‘mundo’ tenían el sello americano. Una década larga después, tras el regreso de Rojas y su fallido intento de llegar de nuevo al poder en las accidentadas elecciones de 1970, la familia se quedó en el país. La casa familiar casa estilo palacete en el sector de Teusaquillo fue el refugio de los Rojas tras su regreso, y desde allí ‘la Capitana’ empezó a proyectar a sus hijos para recuperar el poder que nunca volvió a manos de su padre.
La alcaldía de Bucaramanga para Iván Moreno (2000-2003) y la de Bogotá para Samuel (2008-2011) eran parte clave de ese plan. Iván Moreno se quedó con los votos de su hermano para llegar al Senado y Samuel, apoyado por el Polo Democrático, sucedió a Lucho Garzón en el segundo cargo de elección popular más importante en Colombia, después del Presidente.
La ruta hacia la Casa de Nariño se frenó en seco
cuando se descubrió el billonario saqueo a las
finanzas de Bogotá planeado por Samuel Moreno, su hermano Iván y reconocidos delincuentes de cuello blanco como
Emilio Tapia y los primos Nule.
Si bien más de una década después no se ha logrado recuperar la mayor parte de
lo que los Moreno le robaron a Bogotá, la justicia sí impuso condenas.
Samuel Moreno recibió las más altas condenas por delitos como peculado
por apropiación agravado y concierto para delinquir agravado. Su hermano menor, Iván, está en la cárcel La
Picota, pendiente de pagar varias condenas que, en años efectivos de reclusión,
pasarían de los 30 años tras las rejas.
Virtualmente
alejado de la política y de los contactos que su hermano Iván sí mantiene en La
Picota (fue uno de los mencionados en las visitas del hermano del presidente
Gustavo Petro a las cárceles en plena campaña, para hablar del ‘perdón social),
Moreno incluso había optado por no insistir demasiado en sus
solicitudes de libertad, beneficios que sí tuvieron algunos
de sus socios en la corrupción como los Nule y el mismo Emilio Tapia.
«El sitio de reclusión era uno de los más bellos de la
ciudad (la Escuela de Carabineros en los cerros), pero no dejaba de ser una
cárcel«, contó hace algún tiempo uno de
sus allegados.
Esta semana, Samuel Moreno volvió a ser noticia cuando llegó «sin signos
vitales» al Hospital Militar, donde finalmente
murió en la tarde de este viernes 10 de febrero de 2023.