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Por Gerney Ríos González
La integración Universidad & Empresa, es el dúo para enfrentar los retos geosocioeconómicos del siglo XXI y puerta de entrada de Colombia a los mercados mundiales de la competitividad. El cambio vertiginoso registrado al interior del comercio de las naciones, cuenta en primer plano con el contingente académico que en la educación superior debe preocuparse por la estructuración prospectivamente de talento humano idóneo, ajustado a las variantes del cambio en los inicios del tercer milenio y el acelerado desarrollo de los países.
El proceso gerencial depende del desarrollo constante de conocimientos del factor humano como su eje principal, acoplado a mecanismos funcionales para asimilar el cambio y generar la innovación, si lo que se pretende es una empresa dinámica, adaptable a las necesidades del mundo de la productividad fundamentada en las nuevas tecnologías, convertida en una herramienta diferenciadora, verbigracia, en el sector agropecuario, donde las empresas apuntan a procesos como el de “machine learning” para optimizar los cultivos o por la utilización de drones para precisar el estado de los campos.
La creciente capacidad de asimilación ha contado hasta el momento entre otros con el soporte y evolución constante de la mecatrónica, la incorporación de la informática y las técnicas organizativas modernas, que buscan aprovechar el potencial humano que ofrece el trípode Universidad, Gobierno y Empresa, referenciada en la inteligencia artificial que permite reconocer la parte facial de los animales y así, determinar sus niveles nutricionales y detectar enfermedades. De análoga manera, a través del uso de drones, lograr una fumigación más efectiva, eficiente y eficaz, con menor impacto ambiental, implementación tecnológica denominada “agritech”, un sector con potencial para los inversionistas.
Este papel de dinamizadores intelectuales facilitará que las unidades de producción sean flexibles. Lo precedente se traduce en un sistema de enseñanza y aprendizaje adaptable a las cambiantes tendencias del mundo de los negocios y con una suficiente capacidad de acción en los mercados internacionales que satisfagan las necesidades de la oferta y la demanda, donde el factor humano es el verdadero vaso comunicante.
Lo pretendido es que sea la competencia la que induzca a las empresas a ser eficaces, eficientes, efectivas y competitivas en la producción con calidad, con capacidad endógena, de imprimir cambios innovadores y a la vez, polifonía de saberes, estimulando el liderazgo, el más valioso capital en el desarrollo organizacional, el conocimiento y la generación de servicios.
El desafío radica en la reestructuración o si se desea, contextualización permanente del sistema productivo que elevará la comprensión y posibilitará la adaptación a estos nuevos esquemas, sustentados en el talento humano, utilizado en la manufacturación, en la 2 participación de la competencia sana, garantizando la satisfacción y las exigencias de los consumidores.
Consideramos que uno de los factores del éxito de los países industrializados ha sido el intercambio de experiencias empresariales entre directivos y trabajadores, la delegación de responsabilidades a estos últimos en la gestión y desarrollo gerencial, sin descuidar el factor humano, formado y canalizado en el proceso de producción con calidad, referenciando la importancia y necesidad de la fusión fuerzas militares- universidad – gobierno – empresa. Ante este reto, la estrategia debe radicar en el desarrollo de la capacidad y asimilación del proceso productivo empresarial, aportando a su vez talento humano calificado y cualificado.
Por lo precedente, vamos a separarnos del mundo empresarial obsoleto y acercarnos a modelos de óptimas condiciones logísticas y tecnológicas, asimilables al cambiante campo de los negocios internacionales, secundadas por la teleinformática, los sistemas, los expertos en la utilización de nuevos materiales y las concepciones modernas de la globalización.
Dentro de esta perspectiva, Indoamérica y por ende Colombia se posiciona en sitio de vanguardia con la integración universidad-gobierno-empresa, en la búsqueda constante de la elevación de la productividad con calidad para hacer viable la competitividad, la optimización de los recursos y la coalición del factor humano con las altas disciplinas de la enseñanza superior.
El pacto, es la unidad para moldear grupos humanos calificados que lo integren gerentes, jefes de departamentos, directores de negocios, representantes gremiales, franja oficial, investigadores y tecnólogos; modelo de una nueva comunidad interdisciplinaria, capacitada intelectualmente para el establecimiento de sociedades competitivas de espectro internacional, generadoras de una nueva calidad de vida y protagonismo efectivo en la economía.
Esta transformación se dirige a cambios substanciales en la concepción de tecnologías de punta y dinámicas empresariales, a la creación de un estilo de gerencia compartida y una valiosa forma de apreciar las instituciones universitarias en la formación de talento nuevo y de primer orden, artífice de un actualizado modelo de desarrollo.
No en vano la misión es el cambio de mentalidad con la integración universidad-gobierno-empresa, para llegar a la elevación de la calidad en la manufacturación, donde las Fuerzas Militares de Colombia juegan papel esencial al entregar día tras día seguridad para el desarrollo.