Bogotá. News Press Service. Muchos son los esfuerzos que se hacen en Bogotá para contrarrestar la inseguridad, que además de la pandemia del Covid-19, afecta a la ciudadanía que padece el rigor de la delincuencia, cuyas actuaciones, en la mayoría de casos, queda impune.
En la Localidad Rafael Uribe Uribe, ubicada al sur de la capital colombiana y con un promedio de habitantes de 500 mil personas, más o menos equivalente a una ciudad promedio en el país, el flagelo de inseguridad es grande, por allí en sus 13.1 kilómetros cuadrados, ladrones y asaltantes campean a sus anchas y la comunidad se encuentra muy agobiada.
Ante este espectro sombrío y aterrador, porque no es solamente la inseguridad, sino que por allí pululan centros de ventas de estupefacientes, cuyos consumidores se tomaron los parques desplazando a niños, adultos mayores, madres y padres de familia por miedo a ser víctimas de esas personas “sin Dios no Ley”, el Edil Carlos Salamanca, como líder social y representante de la ciudadanía en la Junta Administradora Local, decidió tomar “el toro por los cachos” y enfrentar el fenómeno.
QUIROGA
Para ese efecto, y comenzando por establecer el orden, ha comenzado por el barrio Quiroga, emblemático barrio de Bogotá, fundado durante el Gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla y posteriormente convertido en punto de encuentro de hippis, rock and roll, marxistas de la revolución cubana, vanguardismo artístico, música de América Latina, bandolerismo y hasta pandillas juveniles.
Carlos Salamanca nació, se crio y se hizo adulto allí, es conocido ampliamente y por ello recibe respaldo de la comunidad para que la represente y gestione actividades para solucionar sus problemas.
Fiel a su labor trabaja directamente con las comunidades, cuyos voceros le han solicitado invocar ante autoridades nacionales, del Distrito y locales, acciones concretas contra los delincuentes.
En reunión convocada por este representante del constituyente primario, y a la que asistieron muchos habitantes del Quiroga, el alcalde local Alejandro Rivera, el sub-secretario de seguridad de Bogotá, Andrés Nieto y el comandante de policía de la localidad, se acodaron varias estrategias para devolverle la tranquilidad a ciudadanía.
Cada vocero de la comunidad expuso problemas por falta de seguridad y consumo en parques y espacios públicos de estupefacientes por miembros de pandillas que producen temor y terror, pues estas personas atracan, hieren y en muchas oportunidades, asesinan.
Como expositor central del encuentro entre ciudadanos y autoridades de la Localidad, Carlos Salamanca solicitó de las misma, compromiso para atacar los bandidos, pero también pidió a la ciudadanía colaboración, especialmente con la policía “para trabajar en equipo” frente al fenómeno.
El alcalde, Alejandro Rivera, también se comprometió desarrollar acciones contundentes frente al problema en el Plan de Desarrollo, y en ese mismo sentido también se pronunció el comandante de policía quien pidió volver a implantar frentes de seguridad convirtiendo la comunidad en aliada de los agentes. “Es necesario establecer ejercicio constante policía-comunidad estableciendo fuertes nexos contrala delincuencia”, enfatizó el oficial.
Andrés Nieto, subsecretario de seguridad de Bogotá, se refirió al trabajo de las bases y pidió “abrazar” a la policía y confiar en ella para que se produzca trabajo efectivo contra la inseguridad. Su intervención fue pedagógica y básica, es decir que, según sus palabras, los padres de familia deben impartir principios de educación a sus hijos y buen comportamiento para surgimiento de buenos ciudadanos del mañana, concluyendo que los frentes de seguridad se deben codificar para que las autoridades estén más seguras para exterminar el flagelo de inseguridad, en este caso concreto en el barrio Quiroga, emblemático barrio bogotano.