Bogotá.
News Press Service. Varias cosas han pasado desde el 6 de marzo, cuando las
autoridades confirmaron el primer caso de coronavirus en el país, hasta el
millón que Colombia alcanza este ahora.
“El llegar a un millón de contagiados se puede
interpretar de dos maneras, la primera es que el virus está circulando a ese
nivel en todo el territorio, y la segunda es la capacidad que tiene el país
para hacer el diagnóstico, como ocurre en muchas partes de América Latina,
donde pueden tener cifras iguales o más altas que acá pero no las han
detectado, pues no pueden hacer un seguimiento adecuado”, explicó Carlos Álvarez,
coordinador nacional de estudios sobre la covid-19 en Colombia.
La cuarentena obligatoria, que comenzó a regir en Colombia desde el 22 de
marzo, continuó con medidas y extensión hasta el 30 de agosto. Así, se totalizaron
160 días de cuarentena.
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Según Portafolio, en ese tiempo se logró que el país aumentara su capacidad para enfrentar la pandemia, se duplicaron las unidades de cuidados intensivos (UCI) disponibles, se creó la reserva estratégica nacional de materiales sanitarios y se montó el Programa de Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible (Prass) con los que se hizo frente a la primera ola de contagios.
“Arrancamos con 5.400 camas de cuidados intensivos
cuando comenzó la pandemia, y hoy tenemos cerca de 10.800, entonces eso
permitió que todo aquel que necesitara una tuviese acceso. En la actualidad
podemos decir que Colombia es el tercer país de América Latina, después de
Chile y Uruguay, con el mayor número de pruebas por cada 1.000 habitantes, pues
pasamos de unas 500 o 600 en marzo, a unas 50.000 entre septiembre y octubre.
Ahora bien, por cada caso también es posible que tengamos entre 8 o 10 que no
se han diagnosticado”, consideró Álvarez.
Así las cosas, en Colombia se habrían contagiado entonces unas 10 millones de
personas, lo que explica el avance de la enfermedad, y siguen siendo más las
personas susceptibles a los recuperados en el país.
“Colombia ha logrado una mayor capacidad en el manejo
de los pacientes en los hospitales y los medicos conocen los protocolos, pero
no es que se controle la pandemia por tener esto, solo se mitiga el impacto. Se
debe mejorar también en la en corresponsabilidad de las medidas de prevención.
Hasta que no haya un tratamiento o vacuna, esta se convierte en la mejor arma”, agregó
Álvarez.
La
preocupación en la cantidad de casos no oficiales es latente: “es posible que
estemos en una situación de subregistro, pues estos son datos del sistema de
vigilancia de salud pública pueden ser tres o cuatro veces más altos y no solo
ocurre aquí. Con los estudios que adelanta el Instituto Nacional de Salud, en
tres o cuatro meses veremos el impacto real”, afirmó Jorge Martín Rodríguez,
profesor e investigador del Instituto de Salud pública de la Universidad
Javeriana.
SEGUNDA OLA
Aunque en este momento la situación del país es otra, no deja de mirar de reojo
los ejemplos de Alemania, España y
Francia, que tras flexibilizar las medidas y llegar a números bajos en
contagios, ahora por el rebrote de la enfermedad han tenido que tomar medidas
restrictivas de la movilidad, como toques de queda y cuarentenas sectorizadas.
Esto, sin duda, empañará el panorama económico de Europa una vez más, pues solo
en octubre, el índice de actividad de la eurozona se ubicó en 49,4 puntos, lo
que significa contracción y se convierte en el peor dato desde junio. Esto deja
claro el impacto de nuevas medidas restrictivas.
Pero aunque ahora la situación exterior es más llamativa, a nivel nacional
también hay casos preocupantes. Uno es el de
Antioquia, que la semana pasada lideró las cifras de contagios diarios, sumando
8.736 casos, y esta semana acumuló 6.225. El departamento está en alerta
roja de la red hospitalaria, e incluso ya se estudian medidas como ya ocurrió
en meses anteriores.
Pero la situación es distinta en todo el país. El
ministro de salud, Fernando Ruiz, indicó que Colombia no está presentando
rebrote de casos, pero que hay cuatro ciudades que tenían lento crecimiento en
número de contagios y esa variable está cambiando.
“En Manizales, Ibagué, Armenia y Tunja, municipios donde la población adulta se
ha cuidado bastante bien y la afectación ha sido más lenta, están entrando en
pico”, indicó.
A nivel general, según Ruiz, el país está en una reducción lenta de la
pandemia, ya que ha sido la única situación de brote que se ha tenido y, por
eso, no podemos hablar de rebrote.
GOLPE ECONÓMICO
Pero los temores por la pandemia y la posible aceleración de los casos en el
país, no solo se dan por el lado sanitario, sino también por los efectos en la
economía nacional.
Por ejemplo, de acuerdo con Anif, Colombia no debe volver a implementar
cuarentenas estrictas en las principales ciudades, pues eso podría traer
efectos más perjudiciales para su economía. “Podrían
aumentar el desempleo, disminuir aún más el ingreso de los hogares, sumar más
incertidumbre y retrasar la reactivación. Las proyecciones para final de año
volverían a recortarse”.
Por parte de Fedesarrollo también se ha apuntado hacia esa dirección, al
asegurar que el costo que tuvieron las cuarentenas asciende hasta unos $48
billones.
Frente a esto, ahora el miedo está en ver si, al igual
que ha pasado en otras partes del mundo, los casos también se acelerarán con
las reaperturas.
“Lo que estamos viendo no es una segunda ola, es una
primera que no ha terminado y que se está prologando y esto se debe evitar
porque a pesar de tener una alta tasa de recuperación no todas las peronas
llegan allá”, dijo
Álvarez.
En las últimas semanas, algunas voces han apuntado a mayores casos a finales de
noviembre.