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Por Gerney Ríos González
En el año 711 de nuestra era, España perdió su unidad política por la invasión de los moros; en 1492 año del Descubrimiento de América la guerra de reconquista de los territorios ocupados durante 800 años por los árabes, tocaba a su fin, con los esfuerzos de los Reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla.
Cristóbal Colón el navegante que le dio gloria a España y al mundo conocido, trajo consigo el idioma castellano, que, por entonces estaba repleto de arcaísmos. Fue labor de varios siglos la emprendida por ejércitos de lexicógrafos empeñados en purificar la lengua de Castella, localidad que pasó a ser Castilla. Al reino fundado en 1474 pertenecían Asturias, Galicia, Extremadura, León, Murcia y Andalucía provincias vascongadas y Fernando dominaba los antiguos reinos de Aragón, Cataluña, Valencia e Islas Baleares, Sicilia y Cerdeña que hoy son territorios de Italia.
Fray, apócope de fraile, usado precediendo el nombre de los religiosos, quienes asimilaron palabras propias de los descendientes de sociedades originarias, verbi y gracia, la escasa Ñ de iÑdoamérica, decimoséptima letra y decimocuarta consonante del abecedario castellano, llamada eñe, signo exclusivo del idioma que pronunciamos, socializada por los escribanos del español, diferenciándose de los demás caracteres que fueron adoptados del latín, lengua raíz del habla para Hispanoamérica.
En el siglo XII, los cronistas-frailes la aplicaban “coñstañtemeñte” y se trazaba con dos enes (nn) o con sombrero modificada posteriormente por la virgulilla vigente. Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León, cambia en 1255, las palabras anno, cannon, donna por una ene rayada, año, cañón, doña, instituida como norma ortográfica y puesta en práctica en los apólogos, Cálila e dimna, y el Septenario.
Los indígenas argentinos querandíes, guaycurúes, Yámanas, onas, chulupíes, chorotis y chiriguanos utilizaron las palabras ñacanina, ñacundá, ñandutí, ñapindá, ñato, ñorbo, ñudo.
Chile único país indoamericano cuya constitución no reconoce a los pueblos nativos, con los amerindios, aymara, atacameño, diaguita aportaron los términos ñaco, ñaña, ñecla, ñiele, ñilbo, ñocha, ñublense y ñufla.
Panches, pijaos, muiscas o chibchas, y la familia caribe, originarios de Colombia contribuyeron con los vocablos ñácaro, ñano, ñapa, ñapango, ñato, ñeque, ñiquiñaque, ñisca, ñoca, ñoclo, ñongarse, ñoñería, ñoñez, ñoño, ñuridito y ñutir.
En Venezuela las tribus, arawak, akawayo,amorúa, añu, baré, barí, e’ñepa, kari’ña, kuveo, kuiva, mako y makushi, las voces ñaure y ñongo son comunes en su comunicación.
Es común en los pueblos milenarios de Ecuador, natabuela, Otavalo, panzaleo, escuchar las expresiones ñañeria, ñaruso, ñequear, ñiño, ñiña, ñuto y ñuño.
Ña, ñame, ñandú, ñandubay, ñangado, ñangar, ñango, ñaque, ñiquiñaque, son vocablos autóctonos utilizados por las sociedades originarias generación tras generación en especial por quechuas, aimaras, guaraníes, mixtecas, otomíes, zapotecas y taínos.
La eñe se usa en los idiomas siguientes: italiano, asturiano, bretón, bubi, chamorro, euskera, filipino, gallego, entre otros. La pasta de tallarines, dispuesta en masitas irregulares y diversamente aderezada los italianos la llaman ñoqui, ñoque o gnocchi.
Los significados para los indígenas de las palabras con Ñ, incorporadas por la Real Academia de la Lengua, fundada en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zuñiga, Marqués de Villena, con su lema, limpia, fija y da esplendor, se determinan a continuación:
Ña: Tratamiento dado a las mujeres indígenas y de cierta edad.
Ñacanina: víbora grande y venenosa.
Ñácaro: Descascarado, desmedrado.
Ñaco: Gachas de maíz tostado con azúcar o miel.
Ñacundá: Ave nocturna de color pardo
Ñacurutú: Búho, lechuza, cucurucu. Ave nocturna que lleva en la cabeza dos penachos de plumas alzadas. Indígena poco sociable.
Ñandú: Avestruz de América del sur, tiene una altura de 1.65 m. Los ñandúes son aves no voladoras, natural de la Patagonia extra-andina; habitan en la Argentina desde la provincia de Río Negro hasta Corrientes, Formosa y Salto. En vía de extinción.
Ñandubay: Especie de mimosa de América, cuya madera, rojiza y dura se emplea en obras hidráulicas y traviesas de ferrocarril. Cuando los nativos le hablaban las hojas se contraían.
Ñandutí: Tejido fino, muy ligero y labrado de origen guaraní.
Ñango: Panches, pijaos, nasas, gualies, bledos y los indígenas caribes la relacionaban con personas de baja estatura y patojos. Los aztecas la aplicaban en los canijos y flacos. El tucumano en la Argentina la asocia con desairado, menospreciado, engañado, desaliñado y desdeñado.
Ñaña: Niñera, hermana mayor, excremento humano.
Ñañería: Intimidad, confianza.
Ñaño, ña: En los nativos colombianos indica, consentido, mimado; en los incas, amigo entrañable e íntimo. En Argentina, hermano mayor y para los amerindios de Chile, ñoño, tonto.
Ñapa: Propina, adehala, lo que se da de gracia sobre un precio o sueldo.
Ñapango: Mestizo, mulato.
Ñapindá: Cierta especie de acacia, árbol de la familia de las mimosáceas. La goma arábiga se extrae de una de su género.
Ñaque: Conjunto de asuntos inútiles. Fárrago; colectivo de notas prolijas e inconexas.
Ñaruso, sa: Persona picada de viruelas.
Ñato: Chato. Feo, mal hecho.
Ñaure: Leño, nudoso, sirve para confeccionar el bastón de mando entregado por los indígenas.
Ñecla: Cometa pequeña. Individuo raquítico. Bagatela, cosa de poca sustancia, valor y frívola.
Ñeque: Fuerza, vigor, hábil, vigoroso. Reque-ñeque en los panches significa hombre de pelo en pecho.
Ñequear: Demostrar energía.
Ñiele: No, nada.
Ñilbo: Jirón de cosa vieja, parte pequeña de un todo. Andrajo, pedazo roto, cosa muy despreciable, harapo.
Ñiño, ña: Calificativo de respeto que suelen dar los criados, mozos, sirvientes, camareros, asistentes, a sus señores, dueños de una tierra o feudo[H1] .
Ñiquiñaque: Persona o cosa despreciable.
Ñisca: Excremento. Pizca, pedacito.
Ñoca: Rajadura en el piso o el enlosado.
Ñoclo: Especie de melindre o bizcocho.
Ñongarse: Agacharse. Torcerse.
Ñongo-Ñonga: En mal estado.
Ñoñeria y Ñonez. Necedad, sandez, despropósito, necedad, tontería.
Ñoño, ña: Apocado, de corto ingenio, beato. Soso, de poca substancia.
Ñorbo: Flor pequeña y fragante. Voz para alabar la hermosura de los ojos de una mujer, comparándolos con la flor nacional de la Argentina: tus ojos son dos ñorbos.
Ñudo: Nudo. Al ñudo, al cohete.
Ñufla: Cosa sin valor.
Ñuño: Nodriza.
Ñuridito: Raquítico, enclenque.
Ñutir: Refunfuñar, rezongar, gruñir.
Ñuto: Molido, convertido en polvo.