
News Press Service
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La movilización indígena se instala con fuerza en Quito. Ecuador ha vivido otra jornada de fuertes enfrentamientos entre agentes y manifestantes, en el marco también de un segundo estado de excepción decretado por el presidente Lasso, para intentar frenar las protestas.
«No podemos permitir que unos pocos violentos impidan trabajar a millones de ecuatorianos. No vamos a permitir que se enfrente pueblo contra pueblo. Aquí estoy para defender a Quito y a cada familia de la capital y del país. Mantenemos abierto el diálogo», ha destacado el presidente Guillermo Lasso.
Desde el inicio las manifestaciones se han convocado contra el aumento de los precios y las políticas económicas de Lasso. Los organizadores de estas movilizaciones que alcanzan ya su décimo día han exigido al Gobierno que ponga fin a la represión policial y al estado de excepción que rige en seis provincias del país.
Solo así la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador cree que se podría propiciar ese proceso de diálogo al poder instalar una asamblea popular en el corazón de la capital.
«Estamos dispuestos a dar una respuesta que permita abrir la discusión sobre los mecanismos de cumplimiento de los puntos por los que nos hemos tomado esta movilización nacional», ha apuntado el presidente de la CONAIE, Leonidas Iza.
De esta forma, dicen, las organizaciones populares no serían burladas como en anteriores ocasiones. El objetivo de estas movilizaciones, señalan, es conseguir «resultados».