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Por Gerney Ríos González
Mediante convenio con el gobierno del abogado liberal, general Julián Trujillo Largacha, el ingeniero Indalecio Liévano en 1880 exploró y trazó la primera parte de la línea del ferrocarril entre Girardot y Juntas de Apulo. La cancelación de los honorarios por esta labor se efectuó sólo tres años después por la comisión administradora durante el contrato con el ingeniero civil y empresario cubano, Francisco Javier Cisneros.
Para adelantar la obra planeada por varios gobiernos anteriores, el 28 de junio de 1881 el ejecutivo nacional, presidido por Rafael Wenceslao Núñez Moledo, en su primer mandato como designado contrató con Cisneros en la calidad de constructor, a precio fijo, los primeros 28 km de carrilera entre Girardot y Tocaima por la suma de $554.000, a $20.000/km, pagaderos así: $300.000 a la aprobación del convenio en bonos a su favor, amortizables con el 10% de los ingresos de las aduanas de Barranquilla, Santa Marta, Riohacha, Cúcuta y Cartagena, y $254.000 en partidas mensuales de $25.000.
Hasta el 16 de agosto de 1883 el tesoro colombiano había entregado a Cisneros la suma de $554.870, más $40.704 no relacionada con el contrato, dinero gastado con autorización de la junta del ferrocarril en renglones no imputables directamente por intereses, obras y estudios referentes a la continuación de los trabajos. Las paralelas deberían poner en mano concluidas en Tocaima el 20 de julio de 1882, hasta donde llegaron los movimientos de tierra y afirmado, pero por demoras en el transporte de los materiales desde el exterior a lo largo del río Magdalena, cuyo servicio de vapores, tanto en la parte baja como en el sector alto, mostró una gran incapacidad para movilizar los volúmenes de carga requeridos. El enlazamiento de la carrilera se atrasó 18 meses, acarreando a Cisneros un alud de críticas, de las cuales trató de defenderse por medio del periódico La Industria, fundado por él mismo para la divulgación de sus trabajos.
El 24 de octubre de 1884 se celebró un segundo contrato entre la nueva junta directiva del Ferrocarril de Girardot, compuesta por Napoleón Borrero, Vicente Restrepo y Salvador Camacho Roldán, con Francisco Javier Cisneros, relacionado con la construcción de los 11 km entre Tocaima y Juntas de Apulo. Durante la ejecución de este segundo convenio las paralelas avanzaron sólo 4 kilómetros, hasta Portillo en el km 31. Por razones imputables a la guerra de 1885 y a la penuria fiscal que este evento causó, dos años más tarde, el 19 de abril de 1886, el pacto se rescindió a solicitud de Cisneros.
Por contrato de obra con la junta directiva del ferrocarril, con la dirección alternada de los ingenieros colombianos Carlos Sáenz y Manuel H. Peña, el tendido de las paralelas avanzó 8 km, a la velocidad que el suministro de fondos permitió, para llegar hasta Juntas de Apulo en el km 39 en donde fue inaugurado por el presidente Carlos Holguín Mallarino el 21 de enero de 1889. La inversión del gobierno en la infraestructura fue de $950.000 moneda nacional, equivalentes a $800.000 oro, lo que significaba un costo de $20.500 oro o libras 4.100 por km. El valor mencionado incluyó $100.000 invertidos en la reconstrucción del primer trayecto de 28 km. de Girardot a Tocaima, deteriorado durante los años que estuvo paralizada la construcción debido a la contienda civil de 1885.
La Caja de Compensación Familiar de Cundinamarca -COMFACUNDI-, de génesis ferrocarrilera, planteó la reactivación de un tren ecoturístico entre Girardot y Tocaima, el cual fue de gran aceptación por parte de las comunidades por ser un reactivador e integrador socioeconómico de la región del alto Magdalena. Los gremios y medios de comunicación iniciaron una campaña, con el apoyo del ministerio de transporte liderado por el jefe de la cartera, Francisco Guillermo Reyes González, concatenada con la dinámica del presidente de la República, Gustavo Petro Urrego.
Comfacundi afloró en 1974 concebida entre otros por Aníbal Acosta Mozo y Jorge Carrillo Rojas, conductores sindicales, como una dinámica de la Empresa de Ferrocarriles Nacionales de Colombia con el nombre de COMTRAFERROS, cuya finalidad, conectar a los trabajadores en el ámbito del subsidio familiar, logrando por primera vez en sus negociaciones con el Estado, obtener el pago de una subvención-contribución por cada hijo.